Un debate zafio que induce al sopor

Madrid

¿Cuántos españoles están hoy, a esta hora de la noche, preocupados, inquietos o simplemente interesados en lo que vaya a ocurrir mañana en la reunión entre Mariano Rajoy y Pedro Sanchez? ¿cuántos españoles siguen pendientes de este larguísimo y estéril proceso político? ¿cuántos de ustedes tienen una minima esperanza? ¿cuántos han dejado de creer en la capacidad de estos políticos para superar este bloqueo?

Estrenamos hoy una semana que debería ser decisiva, en la que tendríamos que estar discutiendo apasionadamente sobre proyectos políticos, sobre ideologías, sobre las respuestas a los grandes retos, sobre la reacción ante ciertos desafíos.

España busca un gobierno y esta noche, por ejemplo esta noche, en este programa deberíamos hablar de Economía, Educación, de Políticas Sociales, sobre Europa y sus corsés o sobre la amenaza terrorista y nuestras capacidades, o sobre la Ciencia y la Investigación, deberíamos estar hablando sobre las personas y sobre este país... Pero no...

Al final han conseguido o no hemos sabido evitar que el debate sea más zafio, muchas veces hueco, organizado en torno a un puñado de eslóganes que se repiten como una letanía que nos induce al sopor. Ahí están, hablando más de ellos que de nosotros, calculando el precio que cada uno pagaría si hiciera tal o cual cosa, olvidando el precio que ya ha pagado este país y el que podemos pagar si nada cambia.

Una parte no pequeña de la sociedad española ha pasado de la agitación política a la decepción. Con su actitud, con su incapacidad, han dilapidado un capital valiosisimo, que llenó las urnas de votos hace un año, que hizo reverdecer la conciencia política de mucha gente, conciencia que se había acartonado o que simplemente no había despertado todavía.

Cuando todo esto acabe, seremos más escépticos. Cuando todo esto pase, estarán más solos.