“El acoso escolar tiene muchas caras y al final todos acabamos reflejados”
María Adánez y Roberto Enríquez presentan 'El pequeño poni', una mirada lateral del 'bullying'
María Adánez y Roberto Enríquez en 'Hoy por hoy' con Macarena Berlín. / A.T.
Madrid
Grayson Bruce, un niño estadounidense, fue al colegio con una mochila de la serie Mi pequeño poni, que suele estar asociada al sexo femenino. Grayson recibió insultos, empujones y golpes de sus compañeros y el centro le prohibió que llevara esa mochila, por considerarla el detonante del acoso. Esta es la historia que sirve de base para la obra de teatro que protagonizan María Adánez y Roberto Enríquez, que dan vida a los padres de la víctima. Los dos actores han estado en Hoy por hoy con Macarena Berlín para ofrecernos más detalles de la función.
“El acoso escolar tiene muchas caras y al final todos acabamos reflejados”
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El matrimonio formado por Irene y Jaime, interpretados por Adánez y Enríquez no son un matrimonio idílico, tienen sus diferencias, como todas las parejas. Pero el acoso escolar que empieza a sufrir su hijo Luismi hace más evidente sus diferentes puntos de vista. "Cuando nuestro hijo es fruto de un linchamiento general, todo cobra más fuerza", ha detallado el actor.
"En esta función no hay ni malos ni buenos, ni de izquierdas ni de derechas, ni cristianos ni agnósticos. En la sociedad nos obligan a posicionarnos, pero el problema del acoso escolar es un problema de todos", afirma Adánez. En España, uno de cada diez alumnos asegura haber sufrido acoso, según un informe de Save the children.
Enríquez ha incidido en esa idea, porque directa o indirectamente todos hemos formado parte de un episodio de acoso: "A los espectadores, independientemente del papel que hayan tenido en su adolescencia, esto les llega. El acoso escolar tiene muchas caras y al final todos acabamos reflejados".
La obra está escrita por Paco Bezerra, Premio Nacional en 2009 por Dentro de la tierra. El dramaturgo tuvo claro a sus protagonistas desde el principio, pues les ofreció el papel cuando solo tenía escrito el primer acto. "Nunca había trabajado un texto sin tenerlo por completo. El proceso ha sido muy interesante. Paco escribía el segundo acto y luego nos lo dejaba leer a nosotros para que le diéramos nuestra impresión", ha explicado Enríquez.
