Empacho

Madrid

Es tal el hartazgo y el escepticismo que Rajoy podría esta tarde en la sesión de investidura recitar la tabla de multiplicar o la lista de los reyes godos. Aquella ilusión del año 2015, rejuvenecedora, que anunciaba el comienzo de un tiempo nuevo yace hoy tronchada por los tacticismos, las mezquindades y las luchas de poder de los partidos, quienes son como el escorpión, que parece no poder controlar su instinto. En ese caso, esa insoportable tendencia a ocupar nuestra vida, la de toda la sociedad, con sus tribulaciones internas, desplazando los asuntos que afectan más directamente a todos. Por cierto, con el seguimiento hipnotizado de los medios de comunicación, que es que parecemos tontos.

Y aquí tenemos el resultado de esta perversión: a cuatro días de que empiece una nueva legislatura, los grandes problemas, incluso los de máximo calado social, o los de la envergadura del de Cataluña, están ahí, desentendidos, muertos de asco, fuera del foco público, mientras que los ecos de sociedad de los partidos, sus vicisitudes internas, como fuerzas de ocupación, se han apoderado de nuestro tiempo y de nuestra atención. Como el empacho produce sopor, Rajoy si quisiera podría recitarnos esta tarde la alineación del Depor.