Piedrahita: "Puedes saber más de una persona viendo la puerta de su nevera, que con un análisis de orina"
El cómico ha presentado su espectáculo 'Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas'
Luis Piedrahita posa con el libro Anna Karenina, de Tolstoi, en 'Hoy por hoy' con Gemma Nierga. / A.T.
Madrid
Luis Piedrahita ha acompañado a Marc Giró y a Lola Carretero en El Club de las 11 para contarnos en qué consiste su nuevo espectáculo que ocupará los Cines Callao de Madrid a partir del próximo viernes 18 de noviembre, Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas.
Luis Piedrahita: "Puedes saber más de una persona viendo la puerta de su nevera, que haciéndole un análisis de orina".
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En su nuevo show, que comienza el viernes a las 23:59, dice, "se van a hablar de todos los temas concernientes al alma humana, menos de las amígdalas". La peculiar hora de inicio no tiene más explicación, que "que la gente no se haga un lío con las cero horas", quedando así claro que es el viernes y no el sábado o el jueves. Así "nadie duda", comentaba.
Se trata de un monólogo humorístico donde Piedrahita reflexionará sobre "las miserias cotidianas partiendo de los objetos, que dicen mucho de las personas". Y para ejemplificarlo decía: "Puedes saber más de una persona viendo la puerta de su nevera, que con un análisis de orina". Otro ejemplo, es lo que dicen los objetos que se posan en la mesilla de noche o la forma de conducir de las personas. "El que es un majadero y trata de ocultarlo en el día a día, en la conducción, lo saca", y pasaba a definirse a sí mismo: "Yo soy pusilánime, taciturno y un pisa-afloja".
A pesar de dominar y reinventar la lengua española, dice, que no consigue ligar mucho con ella, lo que le ha llevado a reflexionar sobre el amor humano: "El amor, sucede y punto, y a lo único que puedes aspirar es a estar ahí cuando suceda" y añadía que "cuando se va, se va y hay que dejarlo ir" porque "retenerlo cuando se quiere ir, significa que ya se ha ido y eso lleva al escozor".
Sobre sus compañeros de profesión decía "hay más monologuistas que población mundial", porque "es un trabajo aparentemente fácil", pero "el tiempo irá seleccionando", concluía.
