Que devuelvan RTVE, que no es del PP

Madrid

Sería pertinente que entre todos empezáramos a exigir al Gobierno de Mariano Rajoy que esa pretendida regeneración –quien la crea, que la compre- se concrete en hechos y pasara de una vez por todas de las musas al teatro.

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Si el nombramiento de los ministros fue un fiasco para cualquier pretendida renovación, los segundos escalones refuerzan aún más, lean ustedes la lista, la certeza de que se impone o el enchufismo de familiares y amigos o la recompensa a quienes representan dentro del partido los valores más reaccionarios.

Por eso se impone, por ejemplo, que la televisión pública, la que dicen que es de todos, deje ya, inmediatamente, de ser la agencia de colocación para burócratas bien pagados por los servicios prestados, asesores y ex jefes de prensa de ministros y alcaldesas del PP, de nulos méritos televisivos y con currículos vergonzantes, al tiempo que los máximos dirigentes del Ente burlan una y otra vez el exigible control parlamentario. Un año llevan ya sin rendir cuentas.

Lo primero que debería hacer el Gobierno, si de verdad quiere hacer creíbles sus cantos regeneracionistas, es devolver al Parlamento la ley que derogó en 2012 nada más llegar al poder y que exigía una mayoría de dos tercios –pacto multipartidista obligado- para el nombramiento del presidente y de los miembros del Consejo de Administración de RTVE.

El resto, pura filfa.