El triángulo de las Bermudas

Madrid

Dos ex primeros ministros, François Fillon y Alain Juppé, se disputarán la candidatura de la derecha para las presidenciales francesas en mayo del año que viene. Ayer, primera vuelta de las primarias con enorme éxito de participación. Hubo más de cuatro millones de votantes y doble sorpresa: Sarkozy fue barrido, y no lo fue por Juppé, sino por Fillon, el Caballero de la Triste Figura, que en las últimas semanas había protagonizado una remontada espectacular.

Resultado ayer: Fillon, 44%, Juppé, 26%, Sarkosy, fuera. El desenlace definitivo, la semana que viene. Sarkozy ha pedido a los suyos que apoyen a Fillon.

Esta carrera tiene una importancia extraordinaria para Francia, para Europa, porque después de la victoria de Donald Trump, Marine Le Pen aguarda la oportunidad de llegar al Eliseo sobre una estela de características similares, y con la izquierda perdida, la esperanza de frenar un nuevo tsunami populista estaría en Fillon. Y fíjense, François Fillon anuncia la supresión de medio millón de funcionarios, entre otras medidas de recortes que aseguran tensiones muy serias en un país que, como es sabido, se resiste como gato panza arriba a las reformas.

Este es el espeso Triángulo de las Bermudas en el que se mueve la política de nuestro tiempo. Las banderas de las clases populares las enarbola la extrema derecha. La única esperanza contra la extrema derecha es la derecha. La izquierda mientras tanto a lo suyo, desunida, extraviada y hundida en los sondeos.