Los cuentos de Calleja
Saturnino Calleja escribió y publicó muchos cuentos, pero su labor no tuvo nada de cuento. Gracias a él el sistema educativo en España cambió en la segunda mitad del siglo XIX, creando unas bases que todavía hoy son visibles en nuestra sociedad.
Madrid
Saturnino Calleja (Quintanadueñas, Burgos 1853 - Madrid 1915) fue un editor de libros educativos. Quién no ha oído la expresión "tienes más cuento que Calleja", con la que se recuerda la profusión editorial de este editor que a lo largo de su carrera publicó cientos de cuentos infantiles ilustrados con un único objetivo, ayudar a los niños a leer.
SER Historia: Los cuentos de Calleja (04/12/2016)
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En un mundo en el que estamos perdiendo totalmente el gusto por la lectura y lo hemos cambiado por la información rápida por medio de dispositivos electrónicos, recordar la figura de Saturnino Calleja es casi obligatorio. Este burgalés fue pionero en muchas cosas, pero sobre todo, lo más importante que podemos destacar en su biografía fue su dedicación absoluta a la educación de niños y jóvenes en una España en la que el analfabetismo era la norma común.
Pionero editorial
Saturnino Calleja fue un adelantado en muchos aspectos que hoy nos parecen cotidianos. Sus cuentos infantiles, de los que se hacían decenas de ediciones, estaban pensados para llegar a todos los públicos. Fue el primero en crear ediciones muy económicas para que los niños más pobres pudieran leer. Él mismo se encargaba incluso de regalarlos a los colegios más necesitados. Eso no le quitaba de ser un buen empresario y sacar rédito de su trabajo, pero la labor humanitaria fue quizá más destacada.
Además Calleja fue el primero en usar dibujos e ilustraciones que ayudaran a la lectura o, algo muy normalizado hoy, emplear diferentes tipos de letra para hacer destacar ciertas frases o párrafos que creía que el niño debía tener presente. Este burgalés también adaptaba y escribía toda clase de cuentos para ayudar en la comprensión lectora de los más pequeños. Todo un héroe de la divulgación que más que tener cuento (seguro que él mismo sonreiría orgulloso de esta frase que seguimos repitiendo hasta la saciedad) fue un verdadero pionero en la historia de la educación.