Respiración y apnea

Madrid

Austria demostró ayer que un europeísta puede ganar unas elecciones. Con la victoria de Van der Bellen, Europa respiró, pero con respiración irregular; la apnea fue Italia.

Cuando en el año 2013 el entonces presidente Giorgio Napolitano fue forzado a permanecer en su puesto porque no había manera de encontrar un sucesor le confió a Renzi una misión principal: corregir la Constitución del 47, que era tan perfecta en sus contrapesos que se había convertido en una camisa de fuerza, paralizadora de la acción de gobierno. El problema es que para sacar adelante esta reforma, que afecta a un tercio del articulado, Matteo Renzi recurrió al referéndum, una disyuntiva radical, herramienta muy inadecuada para dirimir asuntos complejos.

¿Por qué lo hizo? Tal vez porque pensó demasiado en la capitalización personal de un hito histórico o para darse un baño de urnas, él que había llegado al poder sin los votos. El hecho es que el tema simplificador e incontrolable se convirtió en un plebiscito Renzi sí o Renzi no que desencadenó todos los reproches procedentes de todo el espectro político.

¿Y ahora? Ahora, seguro inestabilidad. Improbable, por el momento, disolución y nuevas elecciones con el Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo como favorito. Más probable, un gobierno técnico con el actual ministro de Finanzas, Pier Carlo Padoan, o el presidente del Senado, Pietro Grasso, al frente. O Matteo Renzi, de nuevo. No lo descarten, que Italia es mucho Italia.