El informe PISA

Madrid

No sé quién dijo que en los periodos de paz los Estados Mayores de los ejércitos preparan sus tropas para la última guerra vivida, nunca para la siguiente. Puede que algo así le esté ocurriendo a la educación, y que estemos educando a nuestros hijos para vivir en el mundo que se está yendo, no en el que viene. Eso cabe deducir de la utilización que se hace de los datos del informe PISA, que más parece el medallero de una competición deportiva entre países o entre partidos para uso publicitario inmediato.

El informe PISA es muy valioso como material de reflexión, en ese sentido me parecen dignas de ser meditadas muchas cosas, por ejemplo dos: la notable diferencia de resultados entre unas comunidades y otras, diferencia muy relacionada con el nivel de vida, nivel sociocultural; y la gran importancia que conceden al profesorado los países que van en cabeza, todos ellos los asiáticos, que han transformado los sistemas de elección formación y reconocimiento social de sus docentes.

Pero sobre todo me pregunto si el pensamiento educativo que se pretende más moderno, este utilitarista, el instrumental, el que aspira a conectar lo aprendido con las demandas de la actual sociedad, no es un gran error, y si en el vertiginoso cambio que vivimos lo inteligente no sería lo contrario, enseñar a nuestros chicos a cuestionarse este presente que se va y a estimularlos para que se atrevan a explorar nuevos caminos a fin de que puedan incorporarse a la poderosísima corriente transformadora que se avecina.