Rabat "ningunea" al Polisario

Madrid

España ocupa desde primeros de este mes la presidencia rotativa del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Como en tres de las cuatro ocasiones que formó parte de tan selecto grupo diplomático, hay un asunto que permanece sin resolver: la situación del Sáhara y de sus habitantes. No parece que esta vez se vaya a solucionar, a pesar del llamamiento formulado por la Conferencia Europa de apoyo y solidaridad con el pueblo saharaui reunida en Barcelona. Sobre el terreno, la situación en los campamentos del Polisario es cada vez más tensa mientras que España se identifica paso a paso con la postura de Rabat.

El pasado mes de noviembre, se cumplieron 41 años del llamado acuerdo de Madrid por el que Marruecos, Mauritania y España pactaron una declaración sobre la situación de la excolonia. Durante este tiempo la situación española ha ido virando paulatinamente mientras la exasperación en los campamentos de Tinduf, en territorio de Argelia, ha ido creciendo entre los partidarios del Frente Polisario. Desde este verano, como ha podido constatar Aitor Albizua, los saharauis hablan incluso de conflicto armado.

España, sin embargo, mira más a Rabat que a Tinduf, constata desde Rabat Sonia Moreno. Marruecos se ha hecho imprescindible para el gobierno español en materias sensibles como la emigración y la lucha contra el terrorismo radical.

En esta estrategia, Rabat está llevando en paralelo una política de entendimiento con el resto de países africanos reforzada con importantes inversiones económicas. Su objetivo, volver a ingresar en la Unión Africana sin reconocer a la República Árabe Saharaui que forma parte de ella. Sólo Naciones Unidas podría evitar un nuevo conflicto pero las conversaciones que ambas partes mantuvieron hace diez años en las afueras de Nueva York son ya papel mojado frente a la política de los hechos consumados.