Faes contra Rajoy
Ramoneda analiza la contestación de FAES a las declaraciones de Sáenz de Santamaría y la aprobación de una proposición no de ley por el Congreso para derogar la reforma laboral
El dietario de Ramoneda: 'Aznar contra Rajoy'
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Madrid
La Faes, es decir, Aznar, contra Rajoy. ¿Le está saliendo al presidente el germen de la derecha que hasta ahora había conseguido controlar? Por ahí se empieza. La FAES, libre en tanto que emancipada del PP, acusa al presidente de carecer de proyecto propio y de asumir el relato de sus adversarios: los independentistas y la izquierda. A eso se le llama una enmienda la totalidad. ¿Alguien hará suya esta bandera?
El petróleo al poder. De una tacada Donald Trump coloca a Rex Tillerson, hombre de Exxon y amigo de Putin, en la secretaria de Estado, a Rick Perry, un petrolero de Texas en el departamento de energía del que había pedido su supresión, y a Scott Pritt, próximo a la industria energética de Oklahoma, al frente de la Agencia Medioambiental. A eso se le llama un gobierno negacionista. Trump busca gente que niegue los problemas con los que se tendría que enfrentar.
Es obsceno que el Fondo Monetario Internacional, un poder contramayoritario, se permite dar órdenes al gobierno español: suban el IVA y recorten en sanidad y educación. Ahí es nada. Algunos no quieren darse cuenta de cómo deteriora a la democracia la deriva del estado del bienestar hacia el estado del malestar. No quieren entender que la utopía de la economía sin política, en expresión de José Luis Pardo, ha fracasado. Y después se sorprenden de que la ciudadanía se salga de los rieles a la hora expresar su irritación.
Los martes es el día de la votación proposiciones no de ley en el Congreso, que permiten darle al gobierno sin consecuencias inmediatas. La cita semanal para que la oposición se dé alguna alegría. Hoy se ha aprobado la petición de la derogación de la reforma laboral de Rajoy, en una votación que ha visto al PSOE y a Podemos juntos, y al Partido Democrático catalán, la antigua Convergència, votando con la derecha: PP y Ciudadanos. Es estrictamente simbólico. Pero da mecha a la movilización sindical en la calle, y es promesa de debate recurrente durante toda la legislatura.