Europa no sabe qué hacer

Madrid

Ayer se celebró otra cumbre de jefes de gobierno y de Estado de la Unión Europea y una vez más quedó patente que Europa no sabe muy bien qué hacer con los principales problemas mundiales. No sabe qué hacer con la situación en Siria, ni con el líder ruso, Putin, ni con el presidente norteamericano, Trump, ni con los dirigentes polacos, que no respetan su propia Constitución, ni con el referéndum holandés que bloqueó el acuerdo con Ucrania, ni con el Brexit.

Lo único que tiene claro es qué hacer con Grecia: bloquearle las medidas de alivio de la deuda pública a corto plazo fue una decisión tajante. Aunque verdaderamente, no da una imagen muy brillante de la UE: toda Europa junta solo tiene claro una cosa: cómo imponer nuevas dosis de austeridad a los exhaustos griegos.

La responsable de Asuntos Exteriores de la Unión, Federica Mogherini, aseguró que la UE trabaja día y noche para intentar proteger a los civiles de Alepo. Lástima que no tenga un resultado apreciable. Para salvar a los civiles, le replicó el alcalde de Alepo Este, masacrado por los bombardeos rusos y los asesinatos del ejército sirio y las milicias iraníes, hace falta algo más que palabras. Y de eso no hubo gran cosa: Alemania, tan poderosa a la hora de dominar a Tsipras, no parece tener mucha fuerza a la hora de coordinar esfuerzos frente a Putin.

La evacuación de Alepo se inició ayer, a trancas y barrancas, cuándo y cómo le ha dado la gana al líder ruso: ni un minuto antes, ni un herido o un muerto menos. Todos los esfuerzos de Berlín se concentraron en una pequeña victoria: prolongar seis meses más las sanciones contra Moscú por su acciones en Ucrania, una concesión de último minuto de los países más reacios, que no le ven mucha efectividad en la cosa. Acabó la cumbre y todos se fueron a casa. Pero es difícil que crean que el año próximo será menos malo.