¿Qué tendrá la socialdemocracia?
Los dos partidos que representan a la nueva política están redefiniendo su organización, sus estrategias y su definición política
Antonio Hernández-Rodicio: '¿Qué tendrá la socialdemocracia?'
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Madrid
¿Qué tendrá la socialdemocracia? Que es una especie de comodín con el que estas formaciones de ideología móvil mantienen afectos muy interesados. Los de Albert Rivera -aunque por solo tres votos- han abjurado este fin de semana de la socialdemocracia, una pátina que les sirvió en sus comienzos para captar votos de la izquierda no nacionalista y que por lo que se ve ya nos les sirve. Ahora son más liberales en lo económico y se dicen progresistas en lo social.
Foto de archivo de Antonio Hernández-Rodicio / CADENA SER
Podemos por su parte también llegó a declararse socialdemócrata antes de las elecciones, aunque con más ínfulas reclamaron para ellos la fundación de la nueva socialdemocracia. Iglesias, entonces a punto de abrirse las urnas, pasó del comunismo a la socialdemocracia, patriótica y plurinacional. Aunque la autodefinición de Podemos a ojos de Iglesias es una mezcla de marxismo pero considerando que Marx y Engels eran socialdemócratas; y de socialismo al estilo de Salvador Allende y José Mujica. Eso sobre el papel, que lo aguanta todo, porque en la práctica Iglesias apuesta más por la calle que por el Parlamento -el centro de la democracia representativa-; y no cree en la economía de mercado y por lo tanto en la intervención de lo público en su funcionamiento para que sirva al interés general. Y estos son dos de los principios troncales de la socialdemocracia.
El único partido que ha representado en España a la socialdemocracia con rigor y éxito ha sido el PSOE. Por eso es tan importante que redefina su proyecto, su estrategia y su táctica. Que actualice sus compromisos. Solo así evitará que se siga manoseando la idea socialdemócrata, que es oscuro objeto del deseo porque es la que mejor representa en teoría y praxis la justicia social, la democracia y la defensa de los valores que tienen que ver con la dignidad humana. Y es incluso un tono y una actitud.
Y todo esto sin olvidar que la ultraliberal Esperanza Aguirre, por ejemplo, considera a Cristóbal Montoro un socialdemócrata peligroso, aunque esa es otra historia.
