Aznar es un partido político en sí mismo
El tiempo le ha depositado en un lugar idóneo, encerrado en sus propias siglas. Todo ello acarrea un drama, y es que sus opiniones empiezan a tener el mismo peso que las de un partido con un militante

Madrid
Aznar empieza a tener un problema de hiperrepresentación, lo cual es un problema en alguien que ya se representa a sí mismo con mucho éxito. Los expresidentes en general tienen un problema cuando opinan; lo que dicen rivaliza con lo que son. Es decir, son tan noticia ellos como su mensaje. Por eso lo normal es que su impacto lo dosifiquen ellos mismos. Porque si eliges salir poco con un mensaje potente, puede ocurrir que tus declaraciones terminen convocando un Comité Federal; si hablas mucho y sueles decir lo mismo, acabas haciendo movimientos desesperados para que en tu propio partido sepan que existes.
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Es que el listón cada vez está más alto. Hace tres años yo fui al club Siglo XXI en el que se sospechaba que Aznar podría anunciar un nuevo partido político. Allí estaba el aznarismo, que no se sabe qué lugar ocupa entre Vox y el PP, frotándose las manos. Pero en el acto apareció con Soraya Sáenz de Santamaría haciendo las funciones de inhibidor ideológico. Mediáticamente fue el momento de Aznar, políticamente fue otra victoria interna de Rajoy. Ahora para Aznar empiezan a no quedar ni los focos. Pese a este esfuerzo mío, que es pura melancolía.
Aznar es un partido político en sí mismo con mayoría propia, sin muchas disensiones. El tiempo le ha depositado en un lugar idóneo, encerrado en sus propias siglas. Todo ello acarrea un drama, y es que sus opiniones empiezan a tener el mismo peso que las de un partido con un militante. Es siempre noticia, pero cada vez sabemos menos por qué. Esa irrelevancia antes era disfrazada por su propio partido, que fingía prestar atención; ahora es el PP el que lo está dejando caer. Deja caer una sombra.

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...




