Luis Bassat: "Mi padre me prohibía hablar de política y religión en el colegio"
El periodista Vicenç Villatoro reconstruye en el libro 'El regreso de los Bassat' la historia de los antepasados judíos del publicista
Madrid
La historia de cualquier familia puede ser materia prima para una novela. Pero las hay que dan, casi, para un manual de historia. A Luis Bassat le conocerán por muchas cosas: publicista o incluso por aspirante a presidir el Barça en dos ocasiones. Lo que seguramente no saben es que en junio de 1917, cuando nació su madre en Barcelona, hacía 500 años que no nacía ningún judío en Barcelona. Vicenç Villatoro reconstruye en el libro 'El regreso de los Bassat' la historia de los antepasados judíos de Luis. Hoy los dos juntos se han asomado a La Ventana y nos han hablado de ella.
Luís Bassat: 'Mi padre me prohibía hablar de política y religión en el colegio'
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"Contar una familia es contar un mundo" ha explicado Villatoro. El autor de El regreso de los Bassat dice que siempre ha sentido curiosidad por los años acontecidos en España con relación a los judíos y añade que "la familia de Luis permite mejor que muchas otras contar la historia".
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Las dos ramas de la familia de Luis Bassat llegan a Barcelona en la segunda década del siglo XX. Los Bassat eran sefardíes, tras dejar España en el siglo XV, recorrieron, durante los siglos XIX y XX, Bulgaria, Turquía, Austria, Alemania y Francia, antes de volver a España. Los Cohen, la rama materna, eran judíos romaniotas establecidos en Corfú, emigraron a Italia y Francia, y luego a Barcelona. A lo largo del libro ambos recorren los lugares en los que vivieron los antepasados de Luis Bassat: visitan escenarios como Trieste, hablan con familiares, escudriñan fotos, recuerdan y evocan al lector a cada instante de su historia.
Ser judío en el siglo XX era trágico. El abuelo materno de Luis, Manuel Cohen, fue apresado en dos ocasiones. La primera por la FAI, creían que era un agente fascista (burgués, con dinero, procedente de Trieste...). La segunda fue detenido por los franquistas, por ser judío y masón, y estuvo en el penal de Burgos hasta 1943. Luis cuenta que él debía ocultar que era judío, la prueba más evidente es que se debía haber llamado 'Samuel' , pero su madre lo llamó 'Luis' para disimular. También camuflaron la circuncisión como una operación de fimosis y simularon un bautizo. La infancia la cuenta como un episodio difícil: "lo pasé muy mal". Su padre le educó para que se cuidasen de las consecuencias que podía haber: "En el colegio no hay que hablar ni de religión ni de política", le repetía. Durante años sufrió los abusos de otros compañeros del colegio, hasta el punto de apuntarse a yudo "porque necesitaba ganar a un grande".
La familia Bassat fue una de tantas que durante siglos estuvo condenada a viajar por diferentes países por su condición judía. "Mi familia cuando se instalaban en una ciudad era para quedarse", explica Bassat los cambios continuos. El último destino fue Barcelona, de donde añade "no he querido marcharme". En alguna ocasión ha trabajado temporalmente en otro país europeo, pero siempre ha vuelto a la ciudad catalana. En 1989 le propusieron ir a Nueva York a trabajar con una oferta de trabajo muy importante en la que le ofrecían cobrar 20 veces más que lo que ganaba en Barcelona y la rechazó "porque no había dinero que pague lo que habían conseguido como familia".
El origen del libro nace en una conversación, en una boda, en la que ambos hablaban sobre sus abuelos. Villatoro supo en aquel momento que Luis Bassat es sobrino del escrito Albert Cohen. Quedó tan maravillado con la historia familiar y las peculiaridades su vida que quiso escribir un libro y ahí empezó 'El regreso de los Bassat'.