"A esos que ven a la Virgen"
El editorial de Celia Blanco en 'Contigo Dentro'
Madrid
Imaginen el dibujo de cuatro infantes corriendo desnudos. Dos de ellos con el pelo corto y otros dos con melena al viento. Dos tienen vulva, los otros dos pene. Sin que el pene se corresponda exactamente a los dos con aspecto de niños ni la vulva solo la exhiban las supuestas niñas de la imagen. La campaña la ha puesto en marcha la Asociación Chrysallis y pretende concienciar a todos de algo importante: hay niñas con pene y niños con vulva.
El cartel apareció en el metro Hego Euskal Herria y las marquesinas de autobuses de Navarra y Euskadi, la comunidad autónoma donde Chrysalis, la asociación de familias de menores transexuales, fue creada en marzo de 2015.
En la capital alavesa, en el barrio de Zabalgana, una de esas marquesinas apareció destrozada con el cartel tirado en el suelo. La red social Facebook, censuró inmediatamente el dibujo por lo que los niños fueron cubiertos con un faldón con el fin de mantener la campaña de concienciación social. La última ha sido la del Centro Jurídico Tomás Moro, con sede en Madrid, que ha pedido a la fiscalía que acuse a Chrysallis de corrupción de menores, argumentando que la campaña es publicidad engañosa y atenta contra la ciencia.
¡El lío jurídico que se hacen los ultracatólicos del Centro Jurídico Tomás Moro! Parecen no saber que la corrupción de menores establece desde 1999 que el corrupto de menores es "el que, con fines sexuales, determine a un menor de dieciséis años a participar en un comportamiento de naturaleza sexual, o le haga presenciar actos de carácter sexual, aunque el autor no participe en ellos" El que corrompa a esos menores "será castigado con una pena de prisión de seis meses a dos años". El citado precepto establece agravación de la pena –de uno a tres años- cuando se hubiera hecho presenciar al menor los abusos sexuales.
No lo digo yo, lo dice el ARTÍCULO 183 bis DE NUESTRO ACTUAL CÓDIGO PENAL.
Qué curioso... Un cartel con cuatro niños desnudos corriendo no se me parece en absoluto a la corrupción de menores. Y sin embargo, ¡hay que ver! el exvicario de Guipúzcoa ha sido acusado por un adulto que ha contado que cuando era niño, el padre Juan Cruz Mendizábal se masturbaba delante de él mientras le tocaba los testículos con la otra mano. No es el único, dos más han relatado hechos muy parecidos.
También recuerdo aquello de las 17 personas de la Asociación Pública de Fieles Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, los de la secta de los miguelianos, que fueron acusadas de abusos de menores. En especial su líder, Miguel Rosendo. Y fíjense, los miguelianos estuvieron amparados por la institución eclesiástica, habida cuenta de que dicha asociación actuaba al servicio y bajo la dependencia del obispado de Tui-Vigo.
Qué calladitos estuvieron los del Centro de Estudios Tomás Moro entonces... Esas y todas y cada una de las veces en las que ha quedado más que demostrado que la Iglesia ha amparado a pederastas y violadores de menores. Señores, hasta el Papa Francisco ha pedido perdón por estos actos deleznables. Dejen en paz a los que intentan educar y preocúpense de una vez de la de basura, los indeseables y canallas que tienen en sus filas y que deberían pudrirse en la cárcel.
O al menos aprendan algo de derecho penal. Apréndanlo. Incluso aunque sigan viendo a la Virgen.