Los secretos de la victoria española en Osijek
La sufrida clasificación de España en Croacia trae al equipo muchas lecciones y enseñanzas que serán positivas en el futuro
"Si hubiésemos ganado habría sido una de las mayores sospresas de la historia del tenis", nos decía Nikola Mektic el domingo a última hora de la noche. Croacia había perdido pero sus caras eran de orgullo. Las caras del equipo español eran de alivio, de descanso y sobre todo de cansancio después de un fin de semana endemoniado.
Conchita Martínez: 'Por falta de unión no vamos a perder'
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A España le salieron mal muchísimas cosas en Osijek, empezando por el primer partido donde Pablo Carreño cedió ante un sorprendente Franko Skugor. También le salió mal el doble y se plantó el domingo con 2-1 abajo ante una selección que estaba de media unos 200 puestos más abajo en el ranking. Pero el sábado a las 21.00 y en el momento más duro para España, algo bueno empezó a ocurrir.
"Lo sacaremos adelante", nos decía un alto cargo de la RFET. Mientras tanto el compañero de Marca, Joan Solsona, le preguntaba a Feliciano si estaba listo para jugar el hipotético quinto punto. Feliciano nunca dijo la palabra 'sí', se dedicó a divagar sobre el equipo y a elevar la unión del grupo por delante de su persona. "Habrá que pensar bien lo que hacemos", dejó caer. Era la opción más fiable, pero no la más segura. Feliciano sabía que no estaba bien y dio un paso a un lado.
El domingo salió todo a pedir de boca. Roberto Bautista las pasó canutas para vencer a Franko Skugor. "Ha sido el partido con más nervios de toda mi carrera", decía el castellonense tras ganar al 223 del ranking ATP, un jugador que en un torneo cualquiera no le haría ni cosquillas. El 2-2 estaba en el marcador y llegaba el momento de Pablo Carreño, el momento de su bautismo.
El viernes Pablo estaba destrozado, desolado, no tenía consuelo. Feliciano le había dejado una papeleta bien difícil, pero también era la oportunidad de coronarse. Carreño jugó con personalidad y personalidad en un choque donde lo que tenía que perder era infinitamente mayor que lo había para ganar. Y ganó.
Descubrimos en Osijek que Bautista tiene madera para ser el número 1 de España en los años que vienen. Descubrimos que Feliciano es un tenista generoso y sincero como poco y también fuimos testigos del bautismo de Pablo Carreño en la Davis. Próxima parada, Serbia en abril.