"La vida negociable", de Luis Landero

“Mira Huguito, en la vida todo es negociable, y también con Dios, digo yo, se podrá negociar”. Es lo que le dice el padre al protagonista de esta novela. Pero, ¿cómo se negocia la vida?,¿con quién se hace?, ¿llega una edad en la que ya no se puede negociar?...

La vida de Hugo cambia el día en que conoce el gran secreto de su madre. Y lo hace mucho más cuando va descubriendo, poco a poco, los secretos de su padre. ¿Cómo hacer frente a la pérdida de la inocencia? Puede que la única salida sea el instinto de supervivencia.

Hugo es un pícaro a la vieja usanza. A algunos puede que les recuerde a los cervantinos "Rinconete y Cortadillo". Hay quien ha buscado las semejanzas con el Buscón don Pablos de Quevedo, hay quien las ha encontrado con el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán. Por no hablar de Lázaro de Tormes...
A pesar de todas estas referencias, Hugo es un personaje contemporáneo, un hombre de su tiempo, de finales del siglo XX (y tal vez de comienzos del XXI). Parece que el destino marca su vida y no puede desembarazarse de las imposiciones que Fatum le hace. Es así en el trabajo (el oficio de peluquero, con toda la carga landeriana que tiene la palabra oficio), en el amor (la relación con Leo, en la que no se sabe cuánto hay de sentimiento y cuánto de dependencia)...

Como siempre, nos ayuda a acercanos a esta vida negociable el socio fundador del Club de lectura, Óscar López.