El trágico silencio del sargento Ojeda
A raíz del caso de Jhonander Ojeda, que ocultó por órdenes de sus superiores lo ocurrido en el accidente de helicóptero de Gran Canaria, reflexionamos sobre el deber, la libertad y nuestros compromisos
Madrid
El 19 de marzo de 2014 un helicóptero Super Puma del Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR) del Ejército del Aire, con cinco tripulantes a bordo, se estrella en el mar, a 31 millas al sureste de Morro Jable y a 34 al este de Vecindario (Gran Canaria). Hacían una maniobra de simulación de un rescate, un ejercicio nocturno, con mucho riesgo. Solo hay un superviviente: Jhonander Ojeda, el Sargento Ojeda.
Más Platón y menos WhatsApp (13/03/2017) - El trágico silencio del sargento Ojeda
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El 22 de octubre de 2015, un nuevo helicóptero Super Puma del SAR del Éjército con tres tripulantes a bordo cae al mar frente a las costas de Sahara Occidental. Entre los fallecidos, el sargento Jhonander Ojeda, que 19 meses antes había sido el único superviviente. Jhonander Ojeda murió con 27 años. Su lema de vida era "Colecciona momentos, no cosas". Y a la tumba se llevó un secreto: lo que vio y escuchó en el primer accidente y que por orden de sus superiores no pudo contar. Sólo lo sabía su padre, que tampoco lo había revelado por el compromiso con su hijo. A raíz de este caso reflexionamos sobre el deber, la libertad y nuestros compromisos.
La versión oficial del accidente del 19 de marzo de 2014 dice que el helicóptero cayó repentinamente al mar, que los pilotos se desorientaron porque falló la bengala que debía orientarlos en el ejercicio nocturno que estaban practicando. Se habla pues de fallo humano. En su declaración oficial, Jhonander dijo que no había visto ni oído nada.
Muerto Jhonander, ahora su padre cuenta al juez lo que le dijo del primer accidente: que efectivamente falló la bengala, pero que a continuación escuchó un estruendo y justo en ese momento el helicóptero empezó a caer. Pudo ser la rotura de la transmisión o de rotor de cola. Sin embargo, esta posibilidad no figura en la versión oficial. Aquella lo achacaba a un fallo humano, por eso el rotor de cola no se sacado del fondo del mar, a pesar de estar localizado. De haberse analizado se hubiese sabido la causa real e incluso se podrían evitar futuros accidentes.
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Jhonander primero, y después su padre, se enfrentaron a un dilema ético de gran magnitud: Jhonander le contó a su padre su versión, pero también le explicó que el General Javier Sato le hizo firmar poco después del accidente un documento para que guardara silencio. Le obligaron a callar sobre lo que vio, escuchó y vivió. Le dijeron que no contara nada a nadie y que en todo caso se ciñera a la versión oficial.
Se trata de un importante dilema ético: entre obedecer como defiende Kant o rebelarse y contar la verdad como dice Camus. Kant defendía el principio de cumplimiento del deber como mandato imperativo: la obediencia en toda situación. Sin embargo, Camus, en su libro ‘El hombre rebelde’ sostiene lo contrario: “Me rebelo, luego existo”. En esta situación, donde además murieron cuatro militares, el conflicto era todavía mayor. Jhonander, según su padre, obedeció por miedo a arruinar su carrera, a las represalias de los mandos. Su padre lo hizo por el compromiso adquirido con el hijo…hasta que otro padre le pide que se lo cuente al juez. Entonces el padre de Jhonander contrae una nueva obligación moral: con el otro padre, para que se aclaren las causas de la muerte en el primer accidente, pero también con su propio hijo que murió en un helicóptero que era igual.
Sebastián Ruiz es el padre del teniente Sebastián Ruiz Galván, fallecido en el accidente del helicóptero del SAR de 2014. Cuenta que le dijo al padre de Jhonander: “nuestros niños se merecen todos los homenajes, pero el mejor sería que te personases en el sumario para por lo menos saber qué pasó”. A raíz de esa conversación, Ojeda decidió revelarle la verdad y, posteriormente, declarar ante el juez desvelando el secreto de su hijo. Ahora, reclama el padre del teniente Ruiz Galván, “le pedimos a la Ministra de Defensa que nos ayude a que una comisión de técnicos independiente haga un examen de las pruebas”.