"La islamofobia recae de manera más directa sobre las mujeres"

Madrid

 El Tribunal de Justicia europeo, en Luxemburgo, avaló ayer el despido de una empleada que vestía, en sus horas de trabajo el pañuelo musulmán. Ella trabajaba como recepcionista en Bélgica y fue quien llevó a sus empleadores ante la justicia. Esta no es tan vinculante como lo sería una directiva del Parlamento europeo ni, mucho menos, como lo sería una ley. Pero es la primera sentencia al respecto y puede sentar jurisprudencia, es decir: otros tribunales podrán aludir a esta sentencia en sus deliberaciones.

Laura Rodríguez Quiroga, profesora de Estudios Islámicos en la Universidad Complutense de Madrid, piensa que "la islamofobia recae de manera más directa sobre las mujeres". En Europa, una de cada veinte trabajadoras es musulmana. "La libertad de vestimenta está amparada por la Constitución y por los Derechos Humanos. Una norma interna, privada no debe entrar en contradicción con las leyes del país en el que este se aplica".

Es una sentencia ambigua: la prohibición o no será legal teniendo en cuenta los reglamentos internos de las empresa, o si el empleado trabaja o no de cara al público. El tribunal de Luxemburgo apela al derecho de las empresas a pedir una neutralidad en la indumentaria. "Eso de la neutralidad no existe, como no existe la objetividad.Es un pañuelo que nos podemos comprar en Zara o Mango, pero que se vuelve islámico cuando lo lleva una mujer en la cabeza", prosigue Rodríguez Quiroga.

El tribunal menciona no solo el pañuelo, sino cualquier símbolo religioso, político o filosófico. "Una mujer no es una mejor musulmana por llevarlo", apunta Toño Fraguas. Maida Ali, modista, eligió el velo antes que un trabajo de cara al público, ya que le dijeron que debía quitárselo. "Yo este problema no lo veo en Londres o en Holanda. Pero en España, sí. Cuando había trabajo, no había racismo. Ha llegado después".