Cientos de cuñados en el punto de mira por sus chistes sobre Carrero Blanco

Esta semana la Audiencia Nacional ha condenado a una tuitera por hacer chistes sobre Carrero Blanco. Le ha caído un año de cárcel que, mira por dónde, es justo un año más de lo que le cayó a los asesinos de Carrero Blanco.

Por el momento, se desconoce si esta condena tendrá efecto retroactivo. De ser así, cientos de miles de cuñados que llevan haciendo bromas sobre Carrero Blanco desde la Amnistía del 77 podrían ahora ser detenidos.

En el auto -en el auto de la Audiencia Nacional, quiero decir, no en el auto de Carrero Blanco, que, en fin, ya sabemos cómo acabó- la Audiencia Nacional ha dejado claro que los chistes les parecieron de muy mal gusto. Esto supone un hito para nuestra joven democracia por ser la primera vez que la Audiencia Nacional ejerce la crítica literaria.

En este sentido, varios magistrados aprovecharon la sentencia para decir que, si bien los chistes de Carrero Blanco son espantosos, no te creas tú que Cincuenta sombras de Grey es mucho mejor.

Grande-Marlaska, por su parte, se ha venido arriba y ha anunciado la publicación de su primer libro: "Cómo hacer chistes de acuerdo a la legalidad vigente", que lleva por subtítulo: "Consejos de un sexy magistrado a humoristas amateurs".

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Una cosa ha quedado clara, y es que a la Audiencia Nacional no les gusta que la gente se ría de los franquistas o, como ellos les llaman, los yayos.

Sin embargo, en un gesto de generosidad, los magistrados han anunciado que ya pueden hacerse chistes sobre el expresidente Juan Prim, estrangulado en 1870. Claro que estas bromas en ningún caso podrán ser ofensivas para el batallón isabelino.