Los Planetas se alinean en el Circo Price
La banda granadina presenta 'Zona Temporalmente Autónoma' con un concierto de más de dos horas en el que repasan buena parte de sus éxitos, incluyendo 'Pesadilla En El Parque De Atracciones' o 'Un Buen Día'

Los Planetas, durante su actuación en el Circo Price de Madrid. / JuanJo-Martin (EFE)

Madrid
Los años van pasando y Los Planetas siguen ahí: orbitando. Los siete años de silencio discográfico que han pasado entre Una Ópera Egipcia y Zona Temporalmente Autónoma no son nada, si los comparamos con la edad y el calado de su universo. La fuerza que une al grupo granadino con su público, de hecho, no se ha debilitado lo más mínimo. Y ayer, en el Circo Price de Madrid, se alinearon.
Lo que sonó justo antes de que salieran al escenario parecía una llamada a la oración. Quizá, hasta con versos del Corán. Y no sería de extrañar porque el misticismo se ha convertido, junto a las relaciones de pareja, la crítica social y la tradición popular granaína, en uno de sus temas preferidos.
La primera parte del concierto fue la más densa. Arrancaron con Los Poetas, un tema largo, envolvente y lleno de capas, de los que te acaban ganando por asfixia. Como Seguiriya De Los 107 Faunos, otra buena dosis de atmósfera con la que llegaron hasta Señora De Las Alturas —primera ovación de la noche— y al apoteósico in crecendo de Yo No Me Asomo A La Reja.
Alcanzada ya la velocidad de crucero, Los Planetas empezaron a viajar por el tiempo y el espacio con una facilidad pasmosa. De su era preflamenca, con Nunca Me Entero De Nada, a la soberbia emocional de la que Jota hace gala en Porque Me Lo Digas Tú. Y es que si hace años le deseaba a alguien que acabara colgando de un pino, ahora suelta versos tan pasivo-agresivos como: "Puedes irte con Fernando, puedes ir con José Luis, te puedes ir con Mario, que tú a quien quieres es a mí".
A Jota le entró la risa al decir que estaban muy contentos de tocar en una tierra "tan bonita" como Madrid, una gran demostración de malafollá. Pero también se mostró cariñoso y agradecido con el público en repetidas ocasiones y, sobre todo, mostró sus respetos complaciendo con los himnos que todo el mundo quería oír: José y yo, Corrientes circulares en el tiempo, Santos Que Yo Te Pinté, David y Claudia... Las canciones que les han convertido en el grupo más importante del indie español.
Tras un buen rato de karaoke colectivo, se despidieron por primera vez con el hit Alegrías Del incendio. Pero aunque nadie podía saberlo, ¡aún quedaba la mitad del concierto! Para sus primeros bises volvieron acompañados de dos invitadas especiales: Soleá Morente (y su apabullante chorro de voz), con quien interpretaron Una Cruz A Cuestas, y Ana Fernández Villaverde (La Bien Querida), quien primero le cantó las 40 a Jota en la coreadísima No Sé Cómo Te Atreves y luego, como en el disco, hizo los coros en el último hit de la banda: Espíritu Olímpico.
Con Florent y sus pedales en plan estelar, con Erick dándolo todo a la batería y con Jota cumpliendo (a veces, con ciertos apuros) delante del micrófono, Los Planetas volvieron a despedirse con Soy Un Pobre Granaíno. Pero estaba claro que aún quedaban varias bombas por soltar. Entre ellas, la canción de siete minutos que abre su último disco: la más sorprendente por su reconocida conexión con el trap...
Pero Islamabad es mucho más que un tema oportunista. Parte de una gran letra por la que desfilan corrompidos, paraísos fiscales y hasta un Dios vengativo, pero la magistral interpretación de Jota crece a medida que se acerca el apoteosis de guitarras y distorsión. De ahí, atravesando un agujero negro detrás de otro, pasaron a Segundo Premio y luego a Reunión En La Cumbre para despedirse (por tercera vez) con todo el Circo Price bailando Pesadilla En El Parque De Atracciones.
El público, presumiblemente de mayoría madridista, no había tenido bastante con dos horas de concierto, así que gritó y gritó hasta que Jota y compañía volvieron para tocar el himno del desamor que —con sus referencias al niñato (Raúl), a los goles de Medieta y a los "cuatro millones de rayas") les hará eternos: Un Buen Día.
De propina, Amanecer, inspirada en unos fandangos del pueblo de la madre de Jota, y como colofón final, De Viaje. El bucle de sus últimos versos, "Qué podría ser mejor que estar siempre juntos tú y yo", sonó a declaración de amor de los músicos al público. Un amor intergaláctico que además tiende a regirse por las leyes de la mística, más que por las de la física. Y por eso ayer se alinearon Los Planetas.

Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...




