Ocasiones y ocasiones fallidas

La moción de censura que ha anunciado Pablo Iglesias no tiene como objetivo echar al Gobierno de Mariano Rajoy. Para impedir que el Partido Popular y Rajoy gobernaran en una nueva legislatura ya tuvo la ocasión en su momento y la rechazó, al votar en contra del candidato alternativo socialista, Pedro Sánchez. Así que hay que buscar otra explicación de por qué presentan esa moción y desde luego, esa explicación existe.

La moción de censura permite, mejor dicho obliga a quien la presenta no solo que ofrecer un candidato alternativo, lo que no será seguramente lo más relevante en este caso, sino también a que defienda un programa entero de gobierno. Es decir, el dirigente de Podemos podrá hablar, todo el tiempo que quiera, puesto que no existe limite protocolario en este caso, en la tribuna del Congreso.

Puede ser una gran ocasión, o una ocasión fallida, porque presentar un programa entero de gobierno, defenderlo y hacerlo creíble no es algo fácil, sino que exige mucho trabajo previo, conocimiento de la realidad y mucha capacidad de análisis, para no quedar en ridículo. Cabe también la posibilidad de que Iglesias opte por no presentar un programa y utilizar el Congreso como un escenario teatral, limitándose a encadenar ocurrencias y frases novedosas, pero no es fácil mantener ese montaje durante dos horas ininterrumpidas, mínimo.

En cualquier caso, hay dos cosas seguras. Primero, ni Podemos ni Iglesias pueden hacer olvidar que no quisieron en su momento echar a Rajoy. Segundo, lo más probable es que los demás interlocutores no quieren entrar en el debate, por considerar que se trata de una maniobra política que beneficia a un partido concreto, pero que no tiene ningún objetivo, digamos, público.

Habrán de explicarse con cuidado, sin embargo, para evitar que el lenguaje que utilizan entre a formar parte del decorado podemita.