La final de Higuaín

Turín

Allegri está harto del pesimismo. No entiende esa ola derrotista que arrastra a muchos medios de comunicación italianos en los días previos a la final de la Champions. Quiere que sus jugadores entiendan que para la Juventus es una fiesta llegar una vez más al partido estrella del mundo, a la SuperBowl europea, y que eso debe ilusionarles pero no agobiarles.

Su discurso lo comparte al 100% Gonzalo Higuaín, la referencia mediática de este duelo continental por su pasado madridista. Cuando pasea por las entrañas del Juventus Stadium lo hace con la típica sonrisa del que tiene un plan perfecto para dar el gran golpe en la noche señalada. Busca complicidad en la mirada de la prensa española que según él tanto le criticó en su etapa pero a la que guarda un cariño especial.

Es amigo de Ramos, no olvida sus tardes en Chamartín y tiene una espina clavada. Adora al público del Bernabéu porque los considera su familia y querría borrar de su mente las burlas que algún seguidor puntual hizo a cuenta de su apellido y su eficacia goleadora. Por eso le manda un saludo a esos madridistas puros en los micrófonos de El Larguero y deja claro que los quiere, que eso no lo cambia ningún contrato, ninguna campaña ni ninguna editorial.

En las botas del Pipa descansan los sueños de una afición errante, que se siente local en toda Italia pero visitante en Turín. Se esperan que sean miles de seguidores juventinos los que viajen el sábado a la capital del Piamonte desde todos los puntos del país para darle color a la Piaza de San Carlo y a la Vía Roma. Es la única forma de que ciudad no se quede medio vacía de tifossi porque los más fieles tienen previsto el desembarcar en Cardiff.

Es la Juve de Agnelli, un presidente cercano que vive la Juve como el más puro de los hinchas. Es la Juve de Marotta, el cerebro del renacimiento bianconero que no perdona su café vespertino ni aunque la cafetería esté plagada de periodistas deportivos. Es la Juve de Paratici, de Nedved, de Ribalta, de los que fichan bien, venden caro y ganan casi siempre porque su plan roza la perfección. La Juve que celebra sus mejores noches en La Lampara de la Vía Doria, y hace mucho que su mejor noche no termina con La Orejona bajo el brazo.