La difícil andadura parlamentaria del PP

La moción de censura al gobierno fue derrotada finalmente, como estaba previsto, por 170 votos en contra, 82 a favor y 97 abstenciones. Un resultado abultado que sin embargo no refleja exactamente la realidad política de lo ocurrido en estos dos días en el Congreso de los Diputados.

Es verdad que Mariano Rajoy puede felicitarse de continuar en el gobierno y de tener dos años prácticamente garantizados por delante, gracias al apoyo presupuestario del PNV, pero también que ya tiene absolutamente claro que en este Congreso le puede costar sangre, sudor y lágrimas (además de mucho dinero) hacer aprobar cualquier otra ley. Es más que posible que se formen nuevas mayorías parlamentarias capaces de echar por la borda algunas de las ya vigentes.

Los dos días de debate han permitido conocer a dos nuevos portavoces, Irene Montero, de Podemos, y José Luis Ábalos del PSOE. Los dos tuvieron una actuación destacada y siempre es buena noticia que el Parlamento cuente con nuevas voces. La pena es que no desaparezcan algunas de las viejas, como la del siempre trasnochado Rafael Hernando.

La principal novedad de la moción fue, sin embargo, el tono moderado de Pablo Iglesias respecto al PSOE. Cierto que las elecciones parecen lejos y ya habrá ocasión de afilar los cuchillos, pero aun casi dio la impresión de que habían triunfado las tesis del desterrado Errejón, en lugar de las de los vencedores de Vistalegre II. El PSOE se dio por enterado, pero por el momento no cabe pensar en ningún acuerdo que no busque simplemente mayorías parlamentarias anti PP y aun así eso será difícil, porque Pedro Sánchez no es diputado y tendrá que encontrar la manera de mantener un cierto impulso personal, una tarea complicada si la vida política gira en torno al Congreso.