"Casi todos los abusadores han consumido antes pornografía infantil"
Eduardo Casas, autor de 'La red oscura', detalla cómo luchan los agentes contra la pornografía infantil en la 'Dark Net'
Madrid
En la llamada Deep Web o Red Profunda, a la que no se puede acceder desde un navegador al uso, se encuentra el 99% de los contenidos de internet. En la parte más sórdida de este submundo se refugian acosadores sexuales de todo tipo que aprovechan la oscuridad y el anonimato de la red menos conocida para compartir imágenes sexuales de menores y respaldarse y ayudarse mutuamente. Sólo en la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional se producen cada año entre 300 y 400 detenciones relacionadas con la producción, distribución y consumo de pornografía infantil, a lo que hay que sumar lo que hacen las Brigadas Provinciales y Locales y los otros cuerpos que trabajan en España.
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Casas explica que cualquier menor está en riesgo de convertirse en víctima. Su entorno y la protección familiar que reciba son fundamentales para evitarlo. "Hemos detectado víctimas desde bebés hasta adolescentes; ese es el rrango en que se mueve la pornografía infantil". Además, los autores suelen ser gente cercana a la víctima: padres, familiares, tutores, profesores... Al contrario de lo que sucede en los abusos que se cometen en la intimidad de un ambiente más o menos familiar, si desaparece un niño de la calle (como hemos visto en casos como el del pederasta de Ciudad Lineal) se desata al instante la alarma en todo el país.
<p><em><span class="caja-ppal-noticia clear"><span class="col-ABC"><span class="caja-ppal-noticia clear"><span class="col-AB clear"><span class="col-A cuerpo-articulo gris-ultra-oscuro"><span class="caja-ppal-noticia clear"><span class="col-A cuerpo-articulo gris-ultra-oscuro">El policía y escritor Eduardo Casas, miembro de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Policía, detalla en su libro 'La red oscura' y cada martes en La Ventana qué es realmente la 'dark net' y cómo luchan los agentes contra la delincuencia en las profundidades de internet.</span></span></span></span></span></span></span></em></p>
Detrás de la pornografía infantil que aparece en la Red Oscura hay, en un pequeño porcentaje casi residual, de aproximadamente el 5% ciertas “empresas” del Este de Europa que fabrican el material con ánimo de lucro. Sin embargo, la verdadera naturaleza del delito es el deseo sexual: el ánimo lúbrico está detrás de la gran mayoría del material pornográfico cuyos protagonistas son menores. Este es uno de los motivos que explican la cantidad ingente de material que se encuentra en la red: puesto que dicho deseo se consume con su simple visionado, el adicto necesita buscar nuevos estímulos de forma continua. Aunque no todo el que consume pornografía infantil acaba abusando, "casi todos los abusadores han tenido una fase previa de consumir pornografía".
Acceder a pornografía infantil es muy fácil, pero su mera visualización es delito. "No hay que buscar pornografía infantil ni para denunciarla", advierte el agente, que añade que "si se encuentra por accidente hay que comunicarlo inmediatamente a la Policía". Dentro de la Deep Web hay tres círculos concéntricos. El interior o 'primer círculo' está formado por quienes producen la pornografía infantil y la distribuyen entre ellos. El 'segundo círculo', incluye a quienes tienen contactos dentro del primer círculo: no son abusadores pero los conocen bien. Por último, el tercer círculo es donde más pornografía infantil hay y "donde más fácil es penetrar para la policía".