Quim Gutiérrez, sargento "extraordinario" en 'La niebla y la doncella'

Este viernes llega a los cines 'La niebla y la doncella', un thriller policíaco basado en la novela homónima de Lorenzo Silva. Andrés Koppel escribe y dirige y Quim Gutiérrez se mete en la piel del sargento de la Guardia Civil Bevilacqua, quien junto con la cabo Chamorro (Aura Garrido) es enviado a la isla de la Gomera para reactivar la investigación de un crimen acaecido tres años atrás, cerrado con la acusación a un político local que quedó exonerado en el juicio. La pareja, ayudada por la misteriosa cabo Anglada que interpreta Verónica Echegui tendrá que "mirar donde los compañeros no miraron".

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Tanto el director como el protagonista de la película han hecho especial hincapié en la importancia de la normalización del trabajo policial, de la que fueron testigos ‘infiltrándose’ en la UCO. Quim, que ya había hecho de Guardia Civil en ‘Los hijos de Caín (“Aquí hay mucha menos pistola”, ríe) explica que los policías de esta unidad son “gente disciplinada; son pacientes, diplomáticos, empáticos…”. Por eso su personaje, que ha estudiado psicología, es muy válido para ese trabajo. “Tenía un reto desde el principio, que es cómo trabajar esa normalidad del Guardia Civil y al mismo tiempo mantener las características de Vila, que no es un Guardia Civil al uso”, sostiene.

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¿Repetiría en el papel del sargento Bevilacqua? “No me he encontrado nunca en la situación de poder hacer una saga”, reconoce el actor, que afirma que siempre “valora los proyectos individualmente”. Y este tenía unos elementos que lo hicieron “atractivísimo” a sus ojos. “Por eso me metí de cabeza”. A la hora de preparar el papel, Quim es “un pesado”, bromea el director, que añade que si tiene que decir una palabra para definir a Gutiérrez es “profesional”. “He visto muy poca gente con el nivel de disciplina, de trabajo y de profundidad que tiene Quim. Hablábamos mucho, me grababa todo lo que decía y hacía un millón de notas”. “Hace un Bevilacqua extraordinario”, resume.

Andrés Koppel y Quim Gutiérrez contaron desde el principio con la aprobación del creador de los personajes. El director, que leyó la novela en 2002, cuenta que cuando conoció al escritor se encontró con un “señor afable, maravilloso, que aceptó todos los cambios, entendió por qué los había hecho e hizo un análisis de las cosas que no funcionaban para el guion, no para su historia”. También el actor afirma: “el Vila que hemos planteado, aunque es el mismo de las novelas, tiene determinadas diferencias; pero sabía que contábamos con la aprobación de Lorenzo y eso me dio tranquilidad”.