Desastre económico sobre desastre político

Lo hemos dicho aquí cien veces y lo diremos mil: esta batalla jurídica a sangre y fuego entre el Govern catalán y el Gobierno de Rajoy, un disparate de confrontación de legalidades, no es lo que más importa a este Ojo. Es el enfrentamiento cívico, la guerra entre unos catalanes y otros y entre catalanes y el resto de españoles lo que ya apenas si tiene arreglo.

Y esas heridas a la convivencia dejan huellas difíciles de borrar. Pero una catástrofe –y ésta lo es- no debería servir para tapar otros desastres cercanos. Por ejemplo, esos datos que ofreció ayer el Banco de España de que solo se van a recuperar 14.000 millones de los 53.000 que el Estado, con nuestro dinero, regaló a catorce entidades financieras para tapar sus ineptitudes o sus robos. O sea, que se han perdido, por decirlo de manera suave, 40.000 millones de euros, que se dice pronto, mientras el Gobierno de Rajoy rebaja los salarios, quita dinero a los dependientes, el sector más débil de la ciudadanía, esquilma la hucha de las pensiones y deja que se deteriore a marchas forzadas la sanidad y la educación pública.

¿Les parece panfletario y demagógico? En absoluto. Lo demagógico y panfletario es que el Gobierno y esta prensa que disfrutamos nos vendan la burra de la magnífica marcha de la economía patria. Para ellos.