El 2 de octubre, todos fuera de nuestra vista
Ocurra lo que ocurra el 1 de octubre, haya o no urnas, haya o no guardias civiles, ya se ha producido la fractura social entre los seis millones de votantes catalanes. Hay un nosotros y un ellos terrible, demoledor
El 2 de octubre, todos fuera de nuestra vista
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Hablaba ayer este Ojo sobre el sentimiento de saberse españoles y aventuraba que apenas si habría una docena de manifestantes en la Diada del lunes que se reconocieran como tales. Y exactamente esa es la realidad a la que debemos de enfrentarnos todos. Desde los otros catalanes hartos del procés, hasta el resto de españoles todavía más hartos del proceso y del antiproceso.
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Ahí radica el mayor de los problemas, que ocurra lo que ocurra el 1 de octubre, haya o no urnas, haya o no guardias civiles, ya se ha producido la fractura social entre los seis millones de votantes catalanes. Hay un nosotros y un ellos terrible, demoledor. De este camino suicida hacia el precipicio hay varios responsables. Desde luego, quienes en Cataluña eligieron la vía cruenta de la ruptura, saltándose todas las salvaguardas democráticas. Y en Madrid, los que nada hicieron no ya para frenar a esos dirigentes, sino lo peor, lo que no tiene nombre, para evitar que millones de ciudadanos catalanes dejaran de pertenecer emocionalmente al conjunto de España.
Pues bien: unos y otros deberían recibir el justo castigo a su inutilidad. Zapatero se fue porque no vio llegar la gran crisis. ¿Y Rajoy? Displicente, nada hizo, don tancredo presidencial que tiene el altísimo honor de que se le rompa España. El día 2, por decencia, y por incapaz, debería dimitir. Fuera.