Las madres de día pisan con fuerza

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Madrid

Ana es profesora y hace años que dejó las aulas para cuidar a niños en su propia casa. Ella es una de las miles de mujeres de día que hay en España. Se trata de una alternativa a las guarderías, que cada vez tiene más adeptos. En España se organizan por asociaciones, aunque no en todas las comunidades está regulado. Sólo existe regulación en Madrid, Navarra y se acaba de aprobar en Cataluña.

La comunidad pionera en legislarlo fue Navarra, que ya cuenta con 38 servicios regulados. "Es una buena medida para conciliar las dos cosas: primero, para favorecer la creación de nuevos nichos de trabajo y para el tema de la conciliación laboral y posibilitar que en determinadas áreas rurales haya escuelas infantiles". La regulación implica una serie de requisitos: Cada educadora puede tener a su cargo 4 menores como máximo y en casos excepcionales hasta cinco.

Además, cada hogar destinado al cuidado de los menores debe tener una cédula de habitabilidad, un espacio mínimo por plaza de tres metros cuadrados, protección contra incendios, calefacción, entre otros. Lo cierto es que el coste de esta alternativa es mayor al de una guardería convencional y no todas las familias pueden tener acceso. Una de las ventajas es el trato individualizado. "El motor principal es el juego libre. Intentamos potenciar la imaginación y creatividad en los niños. Ellos tienen los materiales que pueden manipular y jugar", asegura Ana y añade, "el niño va a marcar el ritmo de su día a día. Si un niño tiene una edad, aunque sea igual, pero está en un momento diferente, se le va a respetar continuamente". Pese a que las madres de día es una actividad muy extendida, no hay una legislación total en nuestro país. Dicen los expertos que su futuro pasa por una norma conjunta y unificada para todas las comunidades.

En países como Canadá,  el Gobierno subvenciona esta actividad.