El abismo económico que hay después del fútbol
Óscar Téllez, mítico central del Alavés cuenta cómo un jugador puede arruinarse después de la retirada
Así se han arruinado algunos deportistas de élite
17:07
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Óscar Téllez es el vivo retrato del informe presentado por la AFE que dice que los jugadores dilapidan al menos un tercio de su fortuna en malas inversiones. Bodegas, hoteles, ropa, es fácil que todos estos jugadores cuando son jóvenes pierdan muchísimo dinero, algo que luego les lastra en su vida después del fútbol.
“Tú pon la pasta”
El deportista aporta el dinero y sus socios aportan la...”idea”. Les ofrecen resultados positivos a partir del segundo o tercer año. La AFE recomienda a los futbolistas que su socio también se implique con el dinero invertido aunque sea a través de un préstamo que suscriban.
<p><span style="letter-spacing: 0px;">Los deportistas de élite llegan a perder, a lo largo de su carrera deportiva, más de un tercio de la fortuna ganada. Esta es la principal conclusión de un estudio jurídico y fiscal elaborado por la firma PKF Attest y apadrinado por la AFE</span></p>
Si no es así, “lo más común” es que al final el socio les informe de “variables inesperadas” para justificar las pérdidas. Al final, a menudo, la mejor “inversión” es proteger el dinero ganado. “¿Qué necesidad tiene el futbolista de hacer inversiones osadas con solo 25 años?”, se pregunta el estudio.
Forzados a invertir
Muchas veces acaban invirtiendo porque aprietan los amigos o los familiares y el futbolista se ve cohibido como para negarse. Especialmente resultan gafadas las inversiones que salen del vestuario. El estudio advierte del riesgo de perder aún más dinero del aportado si el deportista además es administrador de la sociedad con lo que asume las deudas.
La AFE recomienda no avalar “porque es lo que más desgracias económicas ocasiona”. Y menos los avales solidarios que acaban perjudicando al socio con mayor patrimonio, esto es, el deportista. Resulta desalentador, resalta el informe, ver que el patrimonio del deportista podría tener varios millones y puede acabar en inmuebles con hipotecas, sociedades sin dividendos, o cuentas a cobrar.