El japonés Koreeda gana la Palma de Oro Cannes con 'Shoplifters'
El jurado de esta edición vuelve a olvidarse de las mujeres en un palmarés muy repartido donde Spike Lee se ha llevado el segundo premio con 'BlackkKlansman' y Godard la Palma de Oro Especial
CANNES
Cannes
En 71 años de historia solo una mujer ha ganado la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes, fue Jane Campion en 1993 con El piano. Pensábamos que en esta edición podría repetirse la hazaña, pero no. El jurado, presidido por Cate Blanchett y con mayoría femenina, ha optado por Shoplifters, del japonés Koreeda como la cinta ganadora de la Palma de Oro. Koreeda es un viejo conocido de Cannes, un premio clásico, una historia que conmueve, pero sin demasiado riesgo.
Quizá por presión, quizá porque esta historia del Spielberg japonés, sobre una familia pobre, ha llegado a la mayoría de miembros del jurado. Shoplifters es una cinta correcta y emotiva, que se pregunta quién es la verdadera familia de uno. Una historia sobre perdedores sociales que gana un certamen muy político. De hecho, el segundo premio ha sido para BlakkKlansman, la cinta sobre el Ku Klux Klan de Spike Lee, una comedia negra de brocha gorda. Correcto premio, pero obvio con Trump en la presidencia.
El jurado no ha querido dejar fuera tampoco a Godard. El director francés volvía al festival con Le Livre d'images, una especie de collage cinematográfico que reflexiona sobre los males del mundo actual. Su rueda de prensa por FaceTime y su reflexión, 50 años después de que él y sus compañeros de la nouvelle vague paralizarán el certamen durante el mayo del 68, han merecido la Palma de Oro Especial. También el premio a mejor dirección ha sido para un hombre, para el polaco Pawel Pawlikowki por Cold war. Un magnífico trabajo de dirección en esta historia de amor en la guerra fría, muy similar al que ya vimos en su anterior filme, Ida.
Los premios de interpretación estaban claros. El mejor actor ha sido el italiano Marcello Fonte por su impresionante trabajo en Dogman, el thriller sucio de Matteo Garrone sobre cómo una víctima se convierte en maltratador. La mejor actriz kazaja Samal Yeslyamova, por Ayka.
Fuera se han quedado por tanto, las dos mujeres que tenían posibilidades de ganar, aunque sí se van de Cannes con premios menores. Alice Rorhwacher, una de las favoritas de la crítica, ha ganado el premio a mejor guion por Lazzaro Felice, una poética historia de viajes en el tiempo sobre la explotación laboral y humana. Un premio que sabe a menos por ser compartido con Jafar Panahi y su Three faces. El director iraní compone una historia de mujeres luchadoras en el Irán actual, el mismo país que le prohíbe salir de su territorio.
La libanesa Nadine Labaki ha ganado el Premio del Jurado con Capharnaüm, una historia sentimental sobre niños refugiados. La directora libanesa hacía un llamamiento a la reflexión para paralizar el drama que están viviendo tantos y tantos refugiados en Europa. Mientras, en la sala de prensa, los periodistas abucheaban a la directora.
Poco discurso feminista o político. Tan solo Labaki y Asía Argento, que recordaba, al entrega premio, que ella fue violada por Weinstein, mientras muchos de los presentes hacían la vista gorda. Todo en un festival marcado por la falta de estrellas, el cine político y el doble juego con la igualdad de las mujeres, que no ha pasado postureo en la alfombra roja.
