Belén Rueda y Natalia de Molina musas del terror

Madrid

Después de Jurassic World y sus más de ocho millones de taquilla, este viernes llegan estrenos más modestos, pero muy variados. Como No dormirás, un thriller de terror del director uruguayo, Gustavo Hernández, director de La Casa Muda, que reúne a un grupo de actores en una escuela experimental regentada por Belén Rueda, una profesora que obliga a los alumnos actores a no dormir para entrar mejor en los personajes en un lugar con presencias extrañas. Entre esos alumnos está Natalia de Molina.

El siguiente estreno, la comedia francesa protagonizada y dirigida por Valérie Remercier, Los 50 son los nuevos 30 que se ha convertido en todo un fenómeno en el país vecino. Es una comedia romántica que trata de reírse de los tópicos sobre las mujeres de cincuenta años a través de una protagonista que pierde su trabajo, que su marido le deja por una más joven y que tiene unos padres pesadísimos y acaba enamorándose de un cocinero. La cinta muestra la constante presión que siente la protagonista por ser complementada por un hombre.

Seguimos con el drama alemán En Tránsito, del director Christian Petzold, director de películas como Bárbara y Phoenix, y basada en la novela de Anna Seghers, cuenta la historia de un alemán que huye a Francia de los nazis y acaba en Marsella tomando la identidad de otro hombre y enamorado de la mujer de éste. La cinta, protagonizada por el actor alemán Franz Rogowski, evita reconstrucciones de época y toda la película se desarrolla en la Marsella de la actualidad, como una especie de Casablanca, donde todo el mundo espera un barco al que subirse.

En Tránsito ha sido la cinta que ha inaugurado el festival de cine alemán que cada año se celebra en Madrid y que hace coincidir a tres películas alemanas en la cartelera. Además de este drama, se estrena también El repostero de Berlín y es un drama dirigido por Ofir Raul Graizer, una corproducción entre Alemania e Israel. Cuenta la historia de un ingeniero israelí que muere justo cuando acaba de empezar un romance con un pastelero alemán que, tras su muerte, viaja a Jerusalén a conocer a su familia y descubre que tenía mujer e hijos.

La tercera cinta alemana que pueden ver en los cines es Western, de la director Valeska Grisebach. La película cuenta cómo una cuadrilla de obreros alemanas llega a trabajar a un pueblo búlgaro donde van a construir una central hidráulica y como eso ofende a los habitantes: tanto por el tono cachirulo de los obreros, como por la ruptura del paisaje.