Nuestras raíces están en el mar

Madrid

Carlos Duarte se desvive por su profesión: la investigación del océano. Dirigió la primera expedición oceanográfica española en el Ártico y lideró la circunnavegación Malaspina, en la que se secuenció por primera vez el genoma del mar. Hoy trabaja en Arabia Saudí y está al frente de proyectos que nos permitirán saber mucho más sobre las zonas más desconocidas de nuestro planeta.

A lo largo de la historia han sido miles de personas las que han ascendido al punto más alto del planeta, el Everest. Sin embargo, al punto más bajo del mundo, la Fosa Challenger, solamente han descendido tres personas: "sabemos bastante del océano pero por cada 1000m que bajamos nuestro conocimiento disminuye más de 100 veces". Normal si se tiene en cuenta que se invierte casi cien veces más en investigación aeroespacial que en océanos.

Carlos, además, siente un gran interés por el estudio de la evolución humana. Las pruebas revelan que nuestras raíces están el mar: "el estudio de restos biológicos de humanos antiguos demuestra que nuestra dieta era esencialmente marina. Fue el contacto con esos elementos los que jugaron un papel fundamental en la evolución del cerebro y el desarrollo de nuestro sistema cognitivo".

¿No será que este deseo imperioso que tanto sentimos ya por irnos de vacaciones al mar es consecuencia de una herencia atávica?