Disculpen las molestias, pero nos están matando

Cada semana nos lamentamos de que otra mujer, adulta o menor, sea asesinada por su pareja o expareja o por un pariente masculino. Sin embargo, nos cuesta ver la foto completa de esta situación de desigualdad estructural que no conoce de raza, clase social u origen. La foto es que la violencia contra las mujeres se manifiesta de muchas formas, siendo la más brutal el asesinato. Cada día miles de mujeres son maltratadas física y psicológicamente a nuestro alrededor. Y, lo peor, es que esta manifestación del machismo que todavía impera en nuestras sociedades no parece remitir: lean, si no, las cifras sobre las relaciones desiguales entre nuestros jóvenes.

Por eso necesitamos unos poderes públicos absolutamente implicados en erradicar la desigualdad entre hombres y mujeres. También unos medios de comunicación que comprendan el alcance de ese fenómeno. Cada día, cada minuto cuenta para mejorar la situación de todas esas mujeres que sufren la violencia cotidianamente. No escatimen un euro en desarrollar políticas integrales y transversales en la lucha contra la violencia machista. Señores y señoras, disculpen las molestias, pero no están matando.