Morir en Botsuana para acabar en un museo de Girona
La fecha que vamos a recordar hoy os va a sorprender por su cercanía. Y por dos razones: porque es algo que sucedió el 4 de octubre de 2007, que parece que fue anteayer, y, sobre todo, porque tardara tanto en suceder
Morir en Botsuana para acabar en un museo de Girona
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El 4 de octubre enterraron a un hombre que llevaba 177 años muerto y más de 90 expuesto al público en un museo de Banyoles, en la provincia de Girona.
El desdichado era un bosquimano, un hombre perteneciente a una tribu africana de una región que actualmente es parte de Botsuana. Fue cadáver fue obtenido allí por dos taxidermistas franceses en 1830, y acabó siendo adquirido por el Museo Dardier de Banyoles, que lo convirtió en su principal atracción.
No hubo polémica sobre el hecho de tenerlo expuesto ahí hasta que un regidor de origen haitiano de un pueblo cercano pidió que se retirara. El caso fue adquiriendo notoriedad internacional hasta que incluso llegó a interesarse por él el entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Después de años de debate, el cuerpo del bosquimano fue trasladado de vuelta a Botsuana, donde fue enterrado el 4 de octubre de 2007. No se puede decir que él tuviera un mal día, pero tuvo una mala muerte que sirve de recordatorio del trato que algunos humanos damos a otros.
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