Bolsonaro se une al club
Como en Brasil todo suele ser a lo grande, Bolsonaro bate con creces las marcas conocidas en machismo, homofobia, militarismo y vulgaridad.
Del pantano de la crisis de 2008 y sus reverberaciones por el planeta han salido toda clase de monstruos políticos. El fenómeno ya alcanzó hace tiempo el corazón de Occidente -los Estados Unidos-, y en Europa los monstruos crecen también cada vez que se abre una urna.
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Ahora una nueva criatura asoma por el horizonte del mayor país de América Latina. Como en Brasil todo suele ser a lo grande, el recién llegado bate con creces las marcas conocidas en machismo, homofobia, militarismo y vulgaridad. A este personaje Jair Messias Bolsonaro lo han votado casi uno de cada dos electores brasileños. Con razón el escritor Antonio Prata confesaba este domingo en un artículo que va por la calle contando cuántos de los que pasan aplaudirán la tortura y odiaran a los gays.
El resto del mundo también puede echar sus cuentas: mirar por ejemplo los nombres de los que están al mando de algunos de los mayores países de la Tierra: Xi Jinping, Donald Trump, Vladimir Putin y ahora Bolsonaro esperando en la puerta. Como para andar tan tranquilos por la calle.
