Son pocos, pero hay días que es mejor el metro que un descapotable

¿Odias ir en metro catando los olores corporales de tus conciudadanos? ¿Renfe tortura tu existencia con su proverbial impuntualidad? No te quejes, mucho peor es ir en descapotable. Para ser exactos: mejor que ir en descapotable por Dallas un 22 de noviembre de 1963, a las 12:30 del mediodía.

Supongo que ya habréis deducido de quien estoy hablando: efectivamente, de John Fitzgerald Kennedy, presidente de los Estados Unidos. Que está muy bien ser un líder carismático, solucionar la crisis de los misiles cubanos o acostarte con Marilyn, pero si el precio a pagar es que te vuelen la tapa de los sesos a los 46 años… pues la verdad, diría que no compensa.

Pero no sé si aún fue peor el día que pasó su mujer, Jacqueline Kennedy, a la que, si ya le costaba aguantar a JFK en vida, su muerte salpicó de lleno. Literalmente. En todo su precioso vestido rosa de Chanel. Además, si JFK está observando el mundo desde el más allá, debe ser bastante frustrante que 55 años después, no haya quedado aún claro quien estaba detrás de su asesinato.

Así que si no te llega para comprar un vestido de Chanel y mucho menos para ir en limusina descapotable, no sufras. Al menos es improbable que alguien quiera matarte.

SI TE HAS QUEDADO CON GANAS DE MÁS