Un reparto de tierras que derivó en décadas de guerra

Cuando uno toma una decisión, es imposible saber a dónde le llevará el efecto mariposa consiguiente. Es posible que la camiseta que te pongas hoy determine si esta tarde conocerás al amor de tu vida. En otros casos, hay decisiones que se nota que son evidentemente erróneas sólo con analizarlas un poco. Por ejemplo, si vas todo el día en pelotas, es probable que te despidan, a menos que trabajes en un club naturista.

El caso que nos ocupa hoy tiene bastante más de lo segundo que de lo primero. Tal día como hoy, un 26 de noviembre de 1917, se filtró a la prensa el acuerdo Sykes-Picot. Igual no os suenan mucho sus nombres, pero os puedo asegurar que todo el mundo sigue sufriendo los efectos de este pacto. Sykes era un diplomático británico y Picot uno francés. Entre los dos cogieron un mapa de lo que eran los territorios del Imperio Otomano en Oriente Próximo e hicieron un “esto para ti, esto para mi”. Y de la forma más burda posible, partiendo con una línea el mapa de los territorios en cuestión. La falta de respeto por el mosaico de religiones de la región llevó a la creación de unos estados que eran un invento artificial hecho desde fuera. Si os digo los estados que nacieron a partir de ese pacto se ve muy claro lo bien que hicieron su trabajo británicos y franceses: Iraq, Líbano, Israel o Siria son todos hijos suyos.

Así que, si vas a tomar una decisión hoy, procura tener claro que no lleve a décadas de guerras.