El mundo del cine y de la política de Italia despide al cineasta italiano Bernardo Bertolucci, fallecido a los 77 años en Roma y considerado uno de los directores más grandes de su país y del mundo. «Será recordado entre los más grandes del cine mundial e italiano», fue el comentario del presidente de la Bienal de Venecia, Paolo Baratta, que recordó que el cineasta estuvo presente en la Mostra desde su primera obra con La cosecha estéril (1962) y después como presidente del Jurado en 1983 y 2013 y donde obtuvo el León de oro a la carrera en 2007. El cineasta y productor Franco Zeffirell despidió a su «querido amigo y gran director» y subrayó que «con su trabajo logró transportarnos a dimensiones artísticas únicas» El presidente de la Asociación General Italiana del Espectáculo (AGIS), Carlo Fontana, destacó que el fallecimiento de Bertolucci nos deja «sin uno de los grandes autores, quizá el último, del cine italiano». «Sus películas han atravesado medio siglo de historia del cine y sus obras maestras han entrado con pleno derecho en el imaginario colectivo, superando las fronteras nacionales para convertirse en piedras angulares del cine mundial», agregó Fontana en una nota. El presidente del Centro Experimental de Cinematografía y también director, Felice Laudadio, recordó la felicidad de Bertolucci tras la reciente restauración de El último tango en París (1972) con ocasión de sus 45 años y su vuelta a la proyección en 158 salas. Laudadio anticipó que ahora se restaurará su primera obra, La cosecha estéril, que era uno de los preferidos de su esposa, la también guionista y directora Clare Peploe. Los medios italianos apuntan que para despedir al maestro de instalará una capilla ardiente en la sede del Ayuntamiento de Roma, mientras que se celebrará un funeral privado. También despidieron al autor de El último tango en París, Novecento o El último emperador exponentes de la política italiana como el exministro de Cultura Dario Franceschini, que señaló cómo sus películas «han emocionado y hecho discutir a generaciones enteras y hecho grande el cine italiano». Asimismo emitieron mensajes de elogio el presidente de la región del Lazio, Nicola Zingaretti, y la alcaldesa de Roma, Virgina Raggi. El alcalde de Parma, Federico Pizzarotti, aseguró que el director hizo de esta ciudad «una obra maestra» y lamentó que con su muerte «se haya apagado una voz única en el cine y la cultura italiana, una personalidad profunda que supo representar en sus películas la esencia del espíritu humano». Sus obras nunca dejaron indiferentes a público y critica, algunas suscitaron enormes polémicas como El último tango en París, la tormentosa historia de amor protagonizada por Maria Schneider y Marlon Brando que fue censurada en países como España. La polémica sobre la escena de la violación a Schneider vuelve a recordarse este lunes en los medios italianos aunque el cineasta italiano aseguró que la actriz conocía con antelación la controvertida escena y reconoció que se le ocultó la «única novedad» de la mantequilla que Marlon Brando usó como lubricante.