Un consejo de ministros bajo tensión pero con sentido en Barcelona

A una semana del Consejo de Ministros del 21 de diciembre, previsto en Barcelona, las redes sociales se calientan. En Telegram, los CDR llaman a "tumbar el régimen". En Twitter, otros quieren ocupar el Parlament de Cataluña hasta conseguir la República. Mientras, la ANC prepara una de sus grandes manifestaciones. Es difícil imaginar qué consecuencias e impacto tendrá este acontecimiento. Pero es probable que Pedro Sánchez salga ganador. Si logra celebrarlo sin mayores alteraciones, habrá ilustrado que el Estado sigue siendo vigente en Cataluña, y que ambiciona ser más presente. ¿Y si los CDR consiguen boicotearlo y alterar el orden público de manera grave? Pues, tendrá una imagen que contraponer al relato del 1-O: la de un gobierno democrático saboteado por independentistas radicales. Puede que tenga también allí una justificación para volver a aplicar el artículo 155, como lo pide la oposición pero también algunos varones socialistas, en voz baja. Lo hará o no. Pero más allá de posibles cálculos electoralistas, su decisión demuestra la determinación del gobierno de legislar para todos y con todos. Incluso los que prefieren la confrontación, porque les permite esconder sus debilidades, mentiras y fracasos.