Limitación de precios: ¿la solución a la burbuja del alquiler?
El control de los precios que Podemos exige al Gobierno podría pasar por una serie de índices que establecerían máximos y mínimos
La experiencia en Berlín y París no fue tan positiva como se esperaba. Las reducción de precios fueron más bien menores y surgieron otros problemas
Expertos y Sindicatos de Inquilinos coinciden en la necesidad de una reforma que impulse el alquiler público hasta los baremos europeos
Madrid
Los detalles están por concretar pero el control de los precios podría pasar por una serie de índices. Controles que establecerían máximos y mínimos por metro cuadrado y que como explica Josep María Raya, profesor del Tecnocampus de la Universitat Pompeu Fabra, ya se crearon en otras capitales europeas. “Límites para no sobrepasar un 10 %, en el caso de Berlín, del precio del crecimiento de la zona. O no sobrepasar un 20% en el caso de París”. Índices que contaban con salvedades en función, por ejemplo, en el caso francés de las condiciones del piso y que solo afectaban, en el caso alemán, a contratos nuevos en viviendas no reformadas. Colectivos como el Sindicato de inquilinas e inquilinos de Madrid, apoyan la medida pero van incluso más allá. José Luís Rodríguez, su portavoz, cree que habría que volver a vincular "de algún modo los precios de los alquiler a las rentas de las inquilinas”. Estaría por ver si los topes se establecen de forma general o sólo en aquellas zonas donde los alquileres se han disparado en los últimos años.
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La experiencia, sin embargo, no fue tan positiva como se esperaba. En Berlín, según los estudios consultados por Raya, sí se han dado efectos en la reducción de precios, aunque más bien menores. Por contra, se dieron, en todos los casos, efectos negativos: “Para empezar, que haya muchas menos viviendas. Que haya muchos menos propietarios que tengan incentivos al poner las viviendas en alquiler. Aparecen mercados negros, acuerdos entre propietarios e inquilinos. Porque, habitualmente, es el inquilino el que tiene que denunciar al propietario porque el precio es abusivo. Pero si el inquilino quiere vivir de alquiler y no ve otra posibilidad pues aceptará un precio superior”. Los propietarios hallaron la forma de burlar la legislación y como consecuencia, según explica el profesor de la Pompeu Fabra, hasta el 70% de la oferta en la capital alemana está por encima del precio máximo, mientras que en París, donde se acabó derogando la ley, un 15% de las viviendas ya no se encuentra en el mercado.
La solución podría estar, y en eso coinciden tanto expertos, como asociaciones de afectados, en una reforma que impulse el alquiler público. Porque España cuenta con apenas un 1,5% de vivienda de alquiler social frente al 30% de Holanda o el 16% de Francia. Cambios, piden también los inquilinos, que permitan ofertar los 3 millones y medio de viviendas desocupadas en nuestro país. “Habría que acompañar la reducción de precios con medidas para movilizar toda la vivienda vacía, buena parte de la cual está en manos de fondos de inversión que adquieren paquetes enormes de vivienda y las mantienen vacías porque contemplan las viviendas como depósitos financieros de los cuales obtienen beneficios”.
Obligar a destinar un tanto por ciento de vivienda de nueva construcción al alquiler social o nuevos incentivos a los propietarios son otras medidas que proponen expertos como Raya. En definitiva un nuevo paradigma que acercaría a España, al llamado modelo de Viena, donde el mercado del alquiler se reparte en 3 partes casi proporcionales: una pública, otra privada y otra mixta que, en la práctica, evita burbujas inmobiliarias como la que se vive actualmente en nuestro país.