Miedo contra miedo

En las últimas semanas habíamos asistido a un asombroso fenómeno político: la nueva dirección del PP daba saltos de alegría por haber perdido parte de su electorado a manos de un partido ultra. Hasta las encuestas alumbraron una especie de multiplicación de los panes y los peces: más fragmentada que nunca la derecha se volvía imbatible.

Después de tanta fiesta, la resaca ha llegado en plena Navidad. En estas entrañables fechas, la derecha ha descubierto que Vox puede ser un buen dolor de cabeza. Y que su éxito amenaza con agitar las tensiones internas en el PP entre quienes están dipuestos a secundar la exótica agenda política de la nueva formación y los que sufren urticaria cada vez que escuchan a Abascal. De paso, facilita a la izquierda convaleciente de la debacle andaluza su arma electoral favorita: el temor a la derecha autoritaria.

El escenario de los próximos meses parece abocarnos a un debate terrorífico: los aliados de los que quieren romper España contra los aliados de la España negra. Miedo contra miedo es el combate que se avecina.