'Bohemian Rhapsody' da la sorpresa en unos Globos de Oro que aúpan a 'Roma' hacia el Oscar

Madrid

La noche de los Globos de Oro ha dejado sorpresas, como la victoria de Bohemian Rhapsody. El biopic de Freddie Mercury, pagado por los miembros de la banda Queen, gana mejor drama y mejor actor para Rami Malek. La cinta ha tenido un viaje particular. Por un lado, ha vivido el despido de su director, Bryan Singer, por ausentarse del rodaje y otras broncas. Por otro lado, su estreno acarreó críticas negativas de la prensa, pero el público la convirtió en el musical más taquillero de la historia de Estados Unidos, con 140 millones de dólares recaudados. Quizá por eso, la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood la había nominado en dos categorías y ha hecho pleno.

La victoria de Bohemian Rhapsody es compartida con otras dos películas. Primero con Roma, la cinta de Alfonso Cuarón, que ha ganado esta noche mejor dirección y mejor película extranjera. Al ser mexicana, la película del año, no podía optar a mejor drama en estos premios, pero demuestra que tiene posibilidades para los Oscar.

Recordamos una película de Netflix y en Español y mixteco, sobre el clasismo, el machismo y el racismo del México de los setenta, basada en la infancia del director, que homenajea a todas las empleadas del hogar y la plusvalía de los cuidados. "El cine tiende puentes entre países", decía Cuarón en el Estados Unidos donde Donald Trump sigue empeñado en hacer crecer más y más el fatídico muro con la frontera con México.

LA ANÉCDOTA

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La otra ganadora de la noche es Green Book, la comedia de Peter Farrelly, que ha ganado tres premios, mejor comedia, mejor guion y mejor actor de reparto para Mahersala Ali. Basada en la gira que el pianista negro Don Shirley dio por el sur de Estados Unidos en los años sesenta con un chófer blanco, muestra el racismo de aquella época que, como decía su director, nos sigue recordando a momentos actuales. Green book es una historia conciliadora, como el tono general de estos Globos de Oro donde han huido de los discursos incendiarios, las menciones a Trump y se han centrado en la unidad y en el respeto hacía el resto.

Hollywood ha aprendido a que es mejor no dar espacio a su presidente. Pero sí ha habido muchos discursos que han alabado la diversidad, el respeto a los demás, y contra el racismo y la homofobia. Por ejemplo el de Ryan Murphy, creador de la miniserie El asesinato de Gianni Versace, que ha logrado dos Globos de Oro, mejor miniserie y mejor actor protagonista para Darren Criss. El joven intérprete hacía referencia a su origen filipino y al esfuerzo de sus progenitores para lograr una vida mejor. También ejercía su poderío la actriz Sandra Oh, que además presentaba la gala. Es la segunda actriz de origen asiático que gana un Globo de Oro, en este caso por protagonizar la serie dramática Killing Eve.

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Con respecto a las mujeres, bastante menos reivindicación que el año pasado, el año del Me Too y el Times Up, donde las actrices vistieron de negro en protesta por los abusos sexuales en el seno de la industria, así como por la discriminación laboral de las actrices y directoras. Un año en el que no había mujeres en la categoría de dirección, pero donde las actrices ganadoras han seguido pidiendo ese 50-50 ansiado. Lo decía Regina King, que ganaba mejor actriz de reparto por el drama racial El blues de Beale Street. También Glenn Close, ganadora a mejor actriz por el drama La buena esposa, pedía a las mujeres, que dejaran de cuidar a sus maridos y siguieran sus sueños.

No ha habido suerte para los actores españoles, ni Penélope Cruz ni Antonio Banderas han ganado el Globo de Oro en las categorías de televisión donde competían. A ella se lo ha arrebatado Patricia Clarkson por Heridas abiertas. A Banderas, Darren Criss. El ganador de la noche ha sido Michael Douglas. Protagoniza El método Kominski, serie de Netflix que ha ganado mejor comedia de televisión y mejor actor de comedia. En drama, la ganadora ha sido The Americans, una serie veterana que ha terminado este año tras cerrar su sexta temporada y que tiene miga porque los protagonistas son un matrimonio de espías rusos en Estados Unidos.

Las grandes perdedoras de la noche han sido El vicio del poder, que se ha conformado con ver subir al escenario a su protagonista, el actor Christian Bale, que ha ganado el Globo de Oro a mejor comedia por su papel de Dick Chenney, el expresidente de Estados Unidos en la era Bush hijo en esta comedia salvaje sobre el partido republicano. Una película que ha tenido muy mala taquilla y excesivamente dura con estos políticos que libraron la guerra ilegal de Irak y que fueron el germen de las fake news y hasta de Donald Trump. La otra perdedora ha sido Ha nacido una estrella, el musical es un remake que dirige Bradley Cooper y protagoniza Lady Gaga. Era la favorita y se ha conformado con un solo premio: mejor canción por 'Shallow', para la cantante.

Todo en una gala tremendamente aburrida, con unos presentadores, Sandra Oh y Andy Sanberg, que han fallado en su monólogo inicial y sin grandes momentos para recordar, más allá de la veterana Carol Burnett y Jeff Bridges recogiendo los premios honoríficos. Ahora habrá que esperar a los Oscar para comprobar si una película en castellano puede ganar en Hollywood.