Los taxistas bloquean Barcelona y Madrid

Barcelona

¿Es un ejercicio de la libertad de manifestación? Sí, pero si no lo hacen con violencia, como hay casos, y muy duros. ¿Es una demostración de fuerza? ¿O más bien una exhibición de su insuficiente capacidad de convencer?

Es también una consecuencia de la desorientación de las Administraciones, que no saben cómo garantizar la libertad de circulación en unas ciudades secuestradas por parte de su gente.

Y es un símbolo de las nuevas contradicciones que nos trae el choque entre la vieja economía, los taxis amarillos o blancos, corporativizados y superregulados; y la nueva economía de los VTC, Uber o Cabify, superliberalizados.

Arreglar el problema no es fácil. La solución no pasa por regalar toda la razón a unos u otros. Una solución debe ser transitable para todos.

Pero por eso mismo debe abordar aquello de lo que no se habla. Por ejemplo, del precio de las licencias en uno y otro subsector. Y hasta cuándo deben durar esas licencias. Y si es posible rebajar su costo. Y las reglas de seguridad y calidad que deben imperar para todos. Solo así se podrá garantizar que haya mejor competencia de forma sostenible. Y una mejora general para el usuario, que, de momento, es el que va saliendo más perjudicado.