Aviso hoy, pánico mañana

Madrid

Podemos se ha cargado en el Congreso el decreto sobre alquileres que el Gobierno daba ya por aprobado. Varapalo, sí, porque es la primera vez que Sánchez sufre una derrota de este tipo, pero tampoco exageremos. Sobre todo porque al tiempo que los socialistas aprobaban otros siete decretos de interés social, recibía de Podemos la seguridad –rebajen ustedes varios puntos- de que su acuerdo sobre la aprobación de los Presupuestos seguía intacta. Pero está bien que los Gobiernos en minoría, y el de Sánchez es un ejemplo de libro, sientan en sus carnes la endeblez de los juncos que les sostienen en la poltrona. Hasta las comas hay que pactarlas, y si alguien se sale un milímetro de lo ya acordado se encontrará con el garrote del otrora amigo.

Pero el problema se ha agudizado tras la crisis Iglesias-Errejón, que deja muy tocado a Podemos y, por tanto, al Gobierno de Sánchez. No tanto en estos meses hasta las elecciones de mayo, que no son de esperar grandes movimientos telúricos, pero que han llevado a todos los analistas políticos –y los hay a cientos- a plantearse qué pasará tras esas municipales, autonómicas y europeas, y qué pactos serán entonces posibles, de acuerdo con los resultados que obtengan unos y otros. Ejemplo: ¿Sumará la izquierda para llegar a un acuerdo que les dé el poder en Madrid o Valencia?