De Buenas a Primeras
Sociedad
Historia

El día que el rey de Francia casi se quema a lo bonzo

El 28 de enero de 1393 Carlos VI de Francia estaba en una fiesta de disfraces con unos amigos, sin embargo sus disfraces y las antorchas le jugaron una mala pasada

El día que el rey de Francia casi se quema a lo bonzo

El día que el rey de Francia casi se quema a lo bonzo

02:09

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000005385291/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Para empezar la semana, pocas cosas mejores podemos hacer que recordar a un rey que fue bastante más desgraciado que cualquiera de nosotros. Antes de llegar al 28 de enero de 1393 Carlos VI de Francia, ya era bastante infeliz. Porque por más que seas el hombre más poderoso del reino, no estás exento de la posibilidad de que tu cerebro te empiece a jugar malas pasadas.

En el caso del Carlos, su locunismo se vio materializado en la creencia de que su cuerpo estaba en realidad hecho de cristal, y que nadie podía tocarlo sin el máximo cuidado. Esto llevó a todo tipo de contratiempos, particularmente para su reina, Isabel, porque el rey cristalino también pasaba por largos períodos en los que no reconocía a su esposa y no quería saber nada de ella.

Pero tanto ella como él debían pensar que todo esto había quedado felizmente en el pasado cuando llegó el 28 de enero de 1393. El rey parecía estar ya recuperado y la reina había organizado una fiesta para celebrar la boda de una de sus damas de honor. En el baile, que debía ser el momento culminante de la fiesta, salieron seis hombres vestidos como “salvajes del bosque”, con el cuerpo cubierto de resina y con linaza pegada para que parecieran recién salidos del monte.

El problema es que la iluminación del evento la suministraban unas cuantas antorchas, y ya os podéis imaginar lo que sucedió después. Los pobres salvajes, embadurnados de sustancias inflamables, empezaron a arder… y claro, debajo de los disfraces no sólo estaban cinco caballeros: uno de ellos era el propio rey. Aunque él salvó la vida, cuatro de los bailarines no tuvieron tanta suerte. Ni que decir tiene que este traumático episodio no ayudó mucho con el tema de la salud mental del rey.

Así que si os lamentáis haber nacido plebeyos y no estar ahora de fiesta en lugar de atados a un trabajo aburrido y mal pagado, pensad en Carlos y su baile ardiente.

si te has quedado con ganas de mas...

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00