Llegar a presidente del Gobierno y que a partir de ahí tu partido se hunda
El 29 de enero de 1981 Leopoldo Calvo Sotelo se convertía en Presidente de España
Llegar a presidente del Gobierno y que a partir de ahí tu partido se hunda
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Madrid
Cuando vas de visita a un destino que habías anhelado durante largo tiempo, a menudo te entra una bajona importante. En plan: “Bah, esto molaba más en foto”. Pues eso es un poco lo que debió pensar Leopoldo Calvo Sotelo, no tanto cuando se convirtió en presidente de España, un 29 de enero de 1981, sino cuando descubrió lo que le esperaba en el futuro más inmediato.
Ya de por sí, llegar a presidente porque ha dimitido el cargo electo, como le pasó a Calvo Sotelo con la dimisión de Adolfo Suárez, es un poco como ganar el Tour de Francia a los seis meses de terminar la carrera, cuando se descubre que el vencedor iba dopado.
Por si eso fuese poco, menos de un mes después de asumir la presidencia del país, Leopoldo se encontró con uno de los momentos más tensos de la democracia española: el golpe de estado del 23-F. Él no lo dijo nunca, pero seguro que en ese momento se estaba acordando de todos los muertos de Suárez.
Y por si esto no fuese bastante, Calvo Sotelo se encontró con un partido que hacía aguas por todos lados. Tanto es así que cuando llegaron las siguientes elecciones, a finales de 1982, su partido, la UCD, pasó de tener 168 diputados a tener 11. No hace falta que os diga que la carrera política de Calvo Sotelo ya no remontó el vuelo.
Así que si hoy llega por fin vuestro añorado ascenso o una subida de sueldo, desconfiad. Igual el destino os juega un “calvosotelo” y la empresa se declara en bancarrota de aquí un mes.