Alarma e incertidumbre tras la ruptura del acuerdo nuclear INF
EEUU y Rusia han anunciado su retirada del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio de 1987 que obligaba al desarme. El director de Fundí Pau, Jordi Armadans, teme que se inicie "una carrera loca de armamentos" que pueda dar lugar a conflictos o accidentes con terribles consecuencias humanitarias
Punto de Fuga: Alerta nuclear (08/02/2019)
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Es un acuerdo que se remonta a la Guerra Fría, a diciembre de 1987. Entonces la Unión Soviética y Estados Unidos firmaron el llamado “Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio” (INF, por sus siglas en inglés), un importante acuerdo sobre control de armas por el que ambas potencias acordaban destruir y renunciar de forma permanente a todos sus misiles nucleares. En la última semana ambas potencias han anunciado que salen de ese tratado, acusándose mutuamente de haberlo violado.
La ruptura de este tratado, primero por parte de Estados Unidos, el viernes de la semana pasada, y un día más tarde, por parte de Rusia, implica perder un acuerdo que fue pionero en el “desarme por lo que respecta a armas nucleares y que ha ayudado a contener la proliferación de armas nucleares durante estos más de 30 años”, explica Jordi Armadans, politólogo, periodista y director de la Fundació per la Pau (Fundipau) y genera “inquietud ante lo que pueda pasar”.
Alerta nuclear ¿Otra Guerra Fría?
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Hay muchos misiles a disposición de las potencias armamentísticas, por lo que el objetivo del Tratado INF era que “los misiles de corto y medio alcance, que podrían alcanzar entre 500 y 5.000km, estuvieran limitados y posteriormente prohibidos y erradicados”, asegura Armadans. En la práctica, conseguía que “Europa dejara de ser un teatro de operaciones” en el que pudiera darse una guerra nuclear que hiciera mucho daño.
En el momento de la firma del tratado, el riesgo de que se pudiera desatar una guerra nuclear era real, pero aún continúa existiendo, según Armadans. “Hay que recordar que en el punto máximo de la Guerra Fría había unas 45.000 armas nucleares y ahora estamos hablando de menos de 15.000”, recuerda, una reducción que se ha dado gracias a varios acuerdos de desarme, pero aun así “el peligro nuclear no ha desaparecido del todo”. Lo grave ahora es que, en lugar de profundizar en ese desarme, lo que puede pasar es” que se vaya en sentido contrario y por primera vez en estos años haya un incremento o una nueva carrera de armamento nuclear”.
EEUU y Rusia son las dos potencias con mayor armamento nuclear del mundo, juntas poseen cerca de 13.000 de las 15.000 cabezas nucleares mundiales, aunque China es uno de los actores que más ha desarrollado y modernizado sus armas nucleares y tiene grandes capacidades a nivel de misiles, explica Armadans, con lo que este tratado “hace unos años tenía una función y ahora por ejemplo China, que es un actor relevante en ese sentido, está fuera”, por eso reconoce que hay cierto sentido en las reticencias para la actualización del INF, pero “una cosa es profundizar para mejorar y otra cosa es cargárselo para dejarlo todo colgado”, denuncia.
Punto de Fuga: 15.000 bombas nucleares (08/12/2018)
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En la posesión de armas nucleares hay una parte que “es más psicológica que real”, porque sirven como poder para amenazar o amedrentar y en el caso de haber una guerra nuclear la destrucción mutua sería absoluta, por lo que no habría ningún vencedor, pero “la sensación de tener un poder especial, de tener una capacidad de fuerza y de intimidación” juega un papel fundamental. El director de Fundí Pau destaca que “es muy significativo que las cinco potencias oficiales nucleares, independientemente de qué gobierno, ideología o partido tenga detrás, han sido siempre abanderados de defender su capacidad armamentística nuclear y prácticamente no han hecho esfuerzos serios para avanzar a su desarme”. El político que ha sido “más honesto” en este tema en los últimos años, según Armadans, ha sido Barack Obama, que “rescató el tema de las armas nucleares y recordó que el objetivo era llegar en algún momento al desarme”.
El nivel de gasto militar en el mundo bajó ligeramente tras la Guerra Fría, pero en los últimos 15 años el gasto militar sube o se mantiene, unas cifras que reflejan la escalada de las tensiones. Además, el comercio de armas también se ha incrementado, lo que se traduce directamente en conflictos armados, muertes y refugiados. Lo único que permanecía estable era el desarrollo de armas nucleares, hasta ahora, por eso desde el movimiento por la paz se alarman ante la decisión de EEUU y Ruisa, que abren la posibilidad de que “salten por los aires los pocos mecanismos de control que había” y las potencias nucleares “inicien una carrera loca de armamentos”.
Esta situación “no sé si nos acerca a una nueva Guerra Fría, pero sí que nos acerca a un mundo más peligroso con más armas nucleares y por lo tanto la posibilidad de que se usen en un conflicto o de que haya algún accidente pueden provocar una gravísima crisis humanitaria”, alerta Armadans, como las que ocurrieron en Hiroshima y Nagasaki, pero con una potencia muy superior en la actualidad. Las armas nucleares medianas ahora tienen 100 veces más capacidad de destrucción que aquellas bombas.