¿Es posible querer tener un hijo para un desconocido?

Madrid

Ciudadanos quiere regular en España lo que para algunos son vientres de alquiler y para otros, gestación subrogada. El partido insiste en que solo defiende esta práctica cuando es altruista y argumenta que la sociedad tiene que evolucionar hacia las nuevas formas de familia que la ciencia y las técnicas de reproducción asistida permiten. Pero dado que la tecnología nos lleva cada vez más lejos, que se pueda no significa en absoluto que se deba. Más bien, deberíamos pararnos a pensar. Y leer la proposición de ley de Ciudadanos sobre el tema suscita muchas más preguntas que respuestas.

¿Puede un niño ser el objeto jurídico de un contrato? ¿Cómo se garantiza que las compensaciones económicas por las molestias del embarazo no se conviertan en un pago en toda regla? ¿Por qué se habla de la gestación subrogada como un derecho? ¿Qué clase de paternidad es aquella en la que si la madre gestante quiere seguir adelante en caso de malformación fetal entonces los que han pagado podrían tener derecho a abandonar a ese niño? ¿Por qué en los casos en los que parece más sencillo que haya un altruismo real, como gestar para un hermano o familiar, no se permite? ¿De verdad hay un número significativo de mujeres dispuestas a gestar de forma totalmente altruista un hijo para una persona a la que no conocen?

El comité de bioética español consideró “imprudente” hace dos años regular la gestación subrogada altruista por el riesgo de explotación de las mujeres. Y ese riesgo, sigue ahí.